Un hospital valenciano permite a los padres acompañar al menor en quirófano

Un quirófano puede poner nervioso a un adulto y más aún a un niño. Si sumamos el ambiente extraño y frío a las mascarillas y luces y a la ausencia de alguien conocido, podemos entender como se puede sentir un pequeño que va a ser operado. Por supuesto algunos lo soportan bien, ellos no necesitarían ninguna ayuda externa. Para los que se ponen muy nerviosos o ansiosos, el Hospital Doctor Peset de Valencia ha puesto en marcha una iniciativa que humaniza la cirugía.

Uno de los progenitores puede acompañar al pequeño hasta que la anestesia haga efecto y quede dormidito y tranquilo. Cuando todo termine pueden volver a acompañarle en el despertar. La condición, además de que el niño lo necesite, es que el padre que entre esté tranquilo, porque no podrá ayudar en nada si transmite ansiedad.

Evitar la ansiedad de los pequeños ayuda a que la anestesia haga efecto más tranquilamente, que el niño se despierte y recupere mejor. Según el doctor Juan Soliveres, anestesista de este hospital valenciano, «los niños que han estado sometidos a un elevado estrés prequirúrgico se muestran después más irritables, sufren trastornos del sueño y de la alimentación, necesitan más analgésicos para controlar el dolor, tienen peor cicatrización y menos defensas ante las infecciones.»

El hospital cuenta desde hace tiempo con la colaboración altruista y eficaz de PayaSOSpital, una organización cuyos payasos consiguen relajar y divertir a los pequeños en los momentos anteriores a la entrada en quirófano. Además los médicos utilizan técnicas anestésicas minimamente invasivas que consiguen evitar los pinchazos y las agujas.

Me parece una iniciativa estupenda y necesaria que esperemos se imponga rápidamente en el resto de hospitales pediátricos de nuestra geografía.

Vía | 20 Minutos
Foto | Flickr-Salimfadhley

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