Historia de Halloween (II)
Continuando con la historia de la fiesta de Halloween, en la edad media resultaba muy complejo anular o prohibir las celebraciones tradicionales a los nuevos fieles cristianos, por lo cuál se integraron festividades de santos o celebraciones religiosas en las mismas fechas y así poco a poco tratar de unificar lo que una vez fue el ciclo del trabajo y los dioses antiguos, en un calendario litúrgico con celebraciones establecidas, que conservamos hasta nuestros días.
La fiesta del Samhain se transformó en el “Día de todos los Santos”, para ser celebrado así por toda la feligresía cristiana en el mundo; no obstante, las comunidades de irlandeses que se asentaron en América, ejercitaron los vestigios de su celebración de la cosecha, más con carácter festivo que como evento espiritual, por lo cuál se crearon infinidad de relatos populares con los cuales asociar cada uno de los símbolos.
Así se implementó el uso del disfraz, la calabaza con una vela y el mundo espiritual con asuntos de muertos y espantos, terror y misterio, popularizadas por la industria del cine. La noche de la cosecha se transformó en la fiesta de los monstruos del cine: drácula, el hombre lobo, Frankenstein, fantasmas y todas las creaturas que pueden causar temor como arañas o murciélagos.
De las películas estadounidenses recibimos las primeras imágenes de niños disfrazados como seres terribles, demonios, fantasmas y brujas, propios de la nueva versión de la festividad, acuñada bajo el nombre de Halloween, como contracción de “All Hallow’s Eve” (Víspera del Día de los Santos). Esta festividad es conocida en todo el mundo occidental y es celebrada por cientos de niños en la noche del 31 de Octubre, quienes se disfrazan de princesas, heroes y personajes de moda.
Imagen | Celtas