La hiperamonemia, una enfermedad en la sangre de los bebés
Al presenciar diferentes síntomas de un recién nacido ante algún tipo de malestar, muchos de ellos son pasados por alto, con lógica, debido a que se pueden considerar normales en el bebé. Sin embargo, se debe tener cuidado a la hora de tenerlos en cuenta.
Se nos pueden presentar síntomas como vómitos, diarreas o estados durante el sueño que desembocan en convulsiones. Si apreciamos esto, debemos llevar al bebé al especialista, ya que podríamos estar hablando de hiperamonemia.
Cuando el recién nacido tiene estos malestares de tipo digestivo y neurológico, puede ser debido a elevadas concentraciones de amonio (del amoniaco) en la sangre. De ahí el nombre de la enfermedad. Esta acumulación se produce, fundamentalmente, por no expulsar este elemento a través de la orina. Su carácter tóxico puede afectar al sistema nervioso central.
Muy importante el acudir al médico al detectar estos malestares, ya que la hiperamonemia puede afectar al desarrollo del bebé y padecerlo por el resto de su vida a nivel neurológico, llegando a discapacidad intelectual y motora. Si es diagnosticado a tiempo, es perfectamente subsanable para evitar futuras complicaciones en el niño.
Se estima que uno de cada veinticinco mil neonatos puede padecer, de manera congénita, la hiperamonemia. Aunque es un porcentaje bastante bajo, los profesionales deben tener muy en cuenta los síntomas para poder diagnosticarlo, sobre todo con los avances medicinales que se han conseguido con respecto a décadas anteriores. Tratamientos a base de ácido carglúmico (usado sobre todo para trastornos en la urea), ayudan a neutralizarlo y eliminarlo del cuerpo humano.
Especial sensibilidad se debe tener en estos casos de enfermedades congénitas, ya que no es complicado confundirlas con otras patologías que son más frecuentes y leves en su aparición. Con la información necesaria, se puede abortar esta enfermedad.
Vía | eluniversal.com.co
Comentarios cerrados