Hemorragias nasales en el embarazo
Durante la época de gestación suelen aparecer tantas molestias como mujeres embarazadas hay en el planeta. De igual modo, para la misma mujer, en embarazos distintos, puede presentar síntomas o dolencias diferentes. Pero sí es cierto que hay algunos de esos ‘males extraordinarios’ que se dan, con cierta asiduidad, en las embarazadas. Uno de ellos es, por ejemplo, las hemorragias nasales.
Éstas suelen suceder porque el cuerpo gestante posee un incremento importante del flujo sanguíneo hacia las mucosas de la nariz, haciendo que se hinchen y se ablanden. Esto provoca una sensación de taponamiento y congestión aun sin estar resfriada. Esta misma molestia es la que provoca que, durante este tiempo, también sean frecuentes los ronquidos durante el sueño.
Las hemorragias, generalmente, son más frecuentes durante el invierno ya que las calefacciones suelen resecar el ambiente. También se producen cuando nos sonamos la nariz con fuerza.
Lo mejor para detenerla es sentarse o, si estamos de pie, inclinarse ligeramente hacia adelante. Debemos mantener la cabeza a un nivel más alto que el del corazón y presionar los orificios nasales contra el tabique con la yema de los dedos. Podemos taponar los orificios con un poco de algodón o aplicar hielo para que los vasos sanguíneos se contraigan.
Existen muchos métodos para evitar o disminuir las hemorragias, algunos son: el uso de humidificadores, ingerir bastantes líquidos, aplicar suero fisiológico en los orificios de la nariz, la vitamina C, evitar los ambientes con humo, las tiritas que abren las fosas nasales…
Generalmente la pérdida de sangre es mínima por lo que no tiene mayor importancia. En el caso de sufrir desvanecimientos, mareos o se produjeran con excesiva frecuencia, tendríamos que consultar con el médico a fin de evitar cualquier riesgo tanto para la madre como para el bebé.
Vía | Bebés y Más
Comentarios cerrados