Hay que controlar las radiografías que se hace a los niños

Se debe controlar la cantidad de radiación que reciben los niños en las pruebas diagnósticas, tipo rayos X o TACs. La exposición temprana y abusiva a la radiación aumenta el riesgo de que los pequeños desarrollen cáncer. En ocasiones es por falta de información del médico, quien no sabe las radiografías que lleva un niño y en otros por insistencia de los padres, pero el resultado es el mismo, se abusa de algo que puede ser muy perjudicial.

Un estudio de la Universidad de Míchigan ha analizado los datos de 355.000 niños menores de 18 años asegurados en UnitedHealth Group durante tres años. Los autores han comprobado que el 8 por ciento se había sometido al menos a una tomografía y el 3.5 por ciento al menos a dos. La tomografía emite 100 veces más radiación que una prueba convencional de rayos X.

El autor de la investigación, el cardiólogo Adam Dorfman afirma que comprobaron que «En apenas un lapso de tres años, el 42,5 por ciento de los niños se sometió a alguna forma de radiación por un procedimiento médico diagnóstico«. El doctor añade que, «Creo que tenemos que asegurarnos cuándo se utilizan estos estudios y que se usen sólo cuando son absolutamente necesarios».

No hay una cantidad de radiación máxima ni para niños ni adultos. En ocasiones es necesario someter a los pequeños a este tipo de pruebas porque el beneficio es mayor que el posible riesgo. El médico debe ser informado de las pruebas radiológicas que se han realizado al niño, para que pueda valorar su conveniencia. Los padres por nuestra parte, debemos saber que no son pruebas inocuas, y dejar de exigirlas en los servicios de urgencias. La frase «ni siquiera le hicieron una radiografía» muestra muy poca confianza en los especialistas y mucha desinformación respecto a estas técnicas.

Vía | Medline Plus
Foto | AECC Junior

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