Un Halloween con niños más seguro
La noche del 31 de octubre ya se ha convertido en toda una aventura en la que el terror y la diversión se dan la mano. Especialmente para los niños puede ser una experiencia fantástica donde la imaginación y la creatividad se impongan ante la rutina de los días. Disfrazarse, inventar un menú diferente o compartir actividades con la familia, son pequeños gestos que hacen que el miedo se transforme en toda una aventura llena de emociones y risas.
Pero es importante, mucho más tratándose de niños, que tengamos en cuenta ciertas medidas de seguridad para que la fiesta se disfrute sin ningún tipo de riesgo. Los disfraces, la comida o el maquillaje pueden ser un foco importante de problemas si no sabemos llevar el cuidado adecuado.
Disfraces seguros y sin materiales sintéticos
Uno de los elementos imprescindibles para disfrutar de Halloween es el disfraz. Si has decidido confeccionarlo tú misma, asegúrate de que lo haces con tejidos y materiales que no les causen ningún tipo de alergia a tu niño. Piensa en la delicada piel del bebé, y de cómo ciertos materiales les pueden resultar molestos. Siempre que puedas, elije tejidos naturales como el algodón o el lino, por ejemplo.
En cambio, si vas a ir a una tienda de disfraces a comprarlo, no se te olvide mirar bien la etiqueta. Es importante que esté homologado y revisado por la Unión Europea. Revisa que no contenga elementos que puedan herir al niño, ni piezas pequeñas que puedan desprenderse.
Maquillaje y accesorios aptos para niños
Para que nuestro personaje sea del todo creíble, a menudo se necesita de una serie de complementos y de un buen maquillaje. Dependiendo de la dificultad del mismo, así necesitaremos unos u otros elementos. En algunos casos nos pueden servir nuestros productos de cosmética, generalmente son de buena calidad y aptos para las pieles delicadas de los bebés. Sin embargo, si vamos a necesitar emplear colores para cubrir todo el rostro, mejor nos aseguramos de comprar aquellos lápices o ceras fabricadas en exclusiva para los peques. Son sencillas de utilizar y, también, muy fáciles de quitar una vez se acaba la fiesta.
Entre los complementos también encontramos las máscaras. Si no son absolutamente necesarias, yo preferiría no utilizarlas, especialmente si los niños son muy pequeños. En cualquier descuido se le puede mover e impedirle la respiración.
Coronas, diademas, collares… siempre que no contengan elementos que puedan dañarles como aristas afiladas, adornos pequeños que puedan desprenderse, agujeros… A veces un gorrito es la mejor solución, y con él podemos fabricar cualquier tipo de complemento.
Menús y decoraciones especiales
Otro de los elementos fundamentales para un buen Halloween son los caramelos y las chucherías. Aunque abusar de ellos no es nada bueno, por ser la noche que es podemos tener un poco de manga ancha y dejarles que disfruten de algunos dulces. Sí debes estar ojo avizor si tu niño sufre algún tipo de alergia, especialmente el gluten se suele colar en muchas golosinas, así evitaremos algún sustillo. Por supuesto si nuestro bebé es muy pequeño, nada de caramelos o pequeñas golosinas ya que podría atragantarse.
Con la decoración también debemos llevar especial cuidado. Por tratarse de dar un ambiente siniestro, las velas suelen ser las más agradecidas, sin embargo también tienen su peligro. Intenta ponerlas en lugares donde los niños no alcancen, además de enseñarles a respetar las graves consecuencias del fuego. Rozar la llama con el disfraz puede traer consecuencias muy graves.
Fotos | Tino & Tina, Guía del niño y Hogarmanía
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