Hábitos de alimentación infantil en vacaciones: 7 consejos clave

En más de una ocasión hemos comentado que es recomendable que los niños disfruten de una rutina estable durante las vacaciones (aunque la programación del tiempo sea más flexible). Pues bien, dicha rutina también puede acotarse de forma más específica a uno de los pilares del bienestar infantil: la alimentación. Por este motivo, en El Blog Infantil comentamos cinco consejos clave para que los niños mantengan los hábitos de alimentación durante el periodo estival.

1. Horarios marcados para desayunos, comidas, meriendas y cenas

Es posible potenciar la flexibillidad y la improvisación en otros aspectos de la jornada. Sin embargo, las comidas principales deben ocupar un lugar perfectamente señalado en el calendario por medio de horarios estables y definidos.

2. Comer en casa o elegir un restaurante de comida casera

Durante el periodo de vacaciones, se intensifica la vida social en las familias. Comer en un restaurante es una opción frecuente en los viajes con niños, pero esta propuesta gastronómica también puede disfrutarse en la rutina cotidiana. Conviene reservar ese tipo de iniciativa para ocasiones puntuales y especiales. Es decir, es aconsejable comer y cocinar en casa.

3. Propuestas refrescantes: frutas y verduras de la temporada

La alimentación es un pilar esencial para reforzar el cuidado personal y el bienestar. Así como los platos de cuchara en el invierno muestran el protagonismo de elaboraciones calientes que son clave para combatir las bajas temperaturas, las frutas del verano producen un efecto muy refrescante. La sandía es uno de los productos más demandados. La fruta debe convertirse en la auténtica protagonista cuando llega el momento del postre.

4. Que los alimentos sean el punto focal de la mesa: comidas y cenas sin pantallas

Las comidas familiares también pueden quedar condicionadas por varias distracciones externas. Las pantallas, por ejemplo, interfieren en el nivel de atención y concentración que niños y adultos invierten en los aspectos verdaderamente importantes: la conversación, el sabor de los alimentos, la conexión con las necesidades personales…

5. El agua es la bebida esencial en la mesa

Durante el verano existe el riesgo de hacer excepciones constantes en torno al tipo de alimentos o bebidas que se integran en la dieta. Sin embargo, el agua es la bebida principal, aquella que debe disfrutarse en la rutina diaria. Por supuesto, durante el verano también hay espacio para sumar nuevas propuestas. Pero, únicamente, de vez en cuando.

6. Es importante que los niños se laven las manos antes de comer

El ritmo de las vacaciones de verano avanza al compás de un montón de actividades en contacto con la naturaleza o en casa. El momento de las comidas también puede alinearse con los preparativos previos. Hay una rutina muy saludable que puedes transmitir a tu hijo por medio de tu ejemplo: es muy positivo que se lave las manos antes de sentarse a la mesa.

7. Comer sin prisa en familia

A veces, el estrés y la urgencia del estilo de vida adulto se traslada a la mesa durante el resto del año. Sin embargo, el verano puede ofrecer una oportunidad para comer despacio y sin prisa (y mantener este aprendizaje a partir del mes de septiembre).

Es importante crear un escenario propicio para mantener los hábitos de alimentación infantil en vacaciones (y siempre).

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