Grupos sociales en la infancia: ejemplos y características
Los grupos sociales muestran una perspectiva sistémica puesto que están en constante cambio. Por ejemplo, una pandilla de amigos puede crecer y ampliarse. Este tipo de vinculación es el reflejo del valor de la pertenencia, la integración, el encuentro, la colaboración y la conexión.
Ejemplos de grupos sociales en la infancia
La familia es uno de los grupos de referencia para el menor. Un grupo que va más allá de los seres queridos que conviven en el hogar y se completa con la familia extensa. Las dinámicas de comunicación que los miembros han desarrollado también pueden analizarse desde una perspectiva psicológica. Sin embargo, más allá del hogar, el niño también participa en otros grupos sociales. Por ejemplo, el colegio no solo enmarca un espacio de descubrimiento y conocimiento, sino que es un entorno en el que surgen nuevas relaciones.
Los niños también tienen la posibilidad de interactuar con otros grupos diferentes que se forman en espacios distintos al ámbito escolar. Por ejemplo, tu hijo tal vez disfrute del encuentro con otros vecinos cuando visita el pueblo familiar en verano o durante los fines de semana.
En otros casos, surgen grupos de convivencia cercana con los niños del barrio. Así ocurre cuando se encuentran habitualmente en la plaza o en el parque próximo a casa. Las actividades deportivas de equipo, por otra parte, también propician la formación de grupos sociales en la infancia.
Cuáles son las características de los grupos sociales en la infancia
Las circunstancias externas influyen positivamente en la formación del grupo. Por ejemplo, la asistencia a un mismo colegio hace posible que varios niños de la misma edad se conozcan y establezcan un vínculo en la rutina cotidiana. Es habitual que los niños adopten roles diferentes en el grupo. Aunque es probable que predomine una posición principal, una misma persona puede mostrarse de formas diferentes ante los demás. Es decir, el líder no tiene por qué practicar su liderazgo de manera permanente, sino que también desarrolla otras facetas en su conexión con los otros.
Los grupos sociales en la infancia unifican las diferencias y las semejanzas. Cada miembro del grupo es totalmente distinto y vive su propio proceso vital. Sin embargo, hay otros factores similares que propician el encuentro. Los grupos sociales en la infancia presentan una perspectiva sistémica ya que pueden analizarse como un todo. Dentro de ese sistema surgen otras conexiones particulares entre quienes comparten más tiempo en común o experimentan una mayor afinidad.
Son relaciones que, en algunos casos, pueden prolongarse hasta la etapa adulta, si las circunstancias propician esa continuidad. Las primeras amistades están condicionadas por la realidad de aquello que ocurre en el corto plazo. Generalmente, los grupos sociales en la infancia se estructuran en torno a unos objetivos comunes y normas que tienen un significado propio en ese contexto. Además, el grupo se consolida por medio de interacciones que reflejan la importancia de la reciprocidad.
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