El genoma del pinzón cebra y su relación con el autismo
Investigadores españoles han participado en la secuenciación del genoma de un pájaro, el pinzón cebra o diamante mandarín. Es la segunda ave, después del pollo, en ser secuenciada. Ambos son grandes avances científicos, pero en el caso del genoma del pinzón podría servir para investigar algunas alteraciones de la comunicación en humanos. Entre ellas el autismo o el tartamudeo, además del Alzheimer.
El sistema de aprendizaje del canto del pinzón cebra se asemeja al de los bebés humanos. Primero balbucean y más tarde van mejorando su canto con ayuda de un tutor. En este proceso están implicados 800 genes que tienen su equivalencia en otros tantos genes humanos, aunque en nuestro caso se ven implicados otros 1.000 más. Hace 40 años que los neurobiólogos estudian a este pajarillo por su similitud en el proceso de aprendizaje con el humano.
De momento se sabe que genes intervienen en el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje, pero no cuales son los importantes. Comparando la información de los genes del pinzón y los humanos se podría saber cuales son los que están alterados en trastornos como el autismo. Se trabajará comparándolos también con el genoma del pollo, un ave que no canta, para ahondar en la comunicación verbal de las aves. Otra característica importante del diamante mandarín es que las hembras, aún teniendo capacidad de aprender no tienen la de vocalizar sonidos como los de sus compañeros.
Puede que estos estudios den grandes resultados en el futuro y según los investigadores, indirectamente, y dentro de muchos años, es probable que los pacientes con cáncer tengan algo que agradecerle al canto del pinzón cebra.
Vía | El Mundo
Foto | Flickr-Montse (Catalaunica)
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