El fósforo en el embarazo
Después de hablar del hierro y el magnesio, hoy le toca el turno a otro mineral importante durante el embarazo, el fósforo. Este mineral forma parte de las moléculas de ADN y ARN, de algunas proteínas y de moléculas que transportan y almacenan energía. Es indispensable en el desarrollo de los huesos (un 85 por ciento se encuentra en ellos), las contracciones musculares, la secrección de leche materna, la coagulación y también es el encargado de mantener un ritmo cardíaco normal.
El fósforo está intimamente unido al calcio ya que se encarga de facilitar su absorción. Ambos minerales tienen que estar en equilibrio en nuestro cuerpo. Teniendo una dieta equilibrada obtenemos el fósforo necesario, por lo que no suele hacer falta tomar suplementos. Durante el embarazo se necesitan 700 miligramos diarios de este mineral si la embarazada es mayor de 18 años, en caso contrario lo necesario son 1.250 miligramos al día.
Los alimentos ricos en fósforo son los la leche y derivados, huevos, carne de ternera pescado y frutos secos. Entre el pescado los que más fósforo aportan son el salmón, las sardinas y el atún. Muchas frutas y verduras también proporcionan una pequeña cantidad del mineral. Los cereales y panes integrales tienen más fósforo que los que se hacen con harina refinada, pero no son válidos porque no podemos absorberlo en esta forma.
Tanto el déficit de fósforo como su exceso en el organismo son situaciones raras, se dan bien por desnutrición o por problemas renales severos. Los síntomas si hubiera un déficit de este mineral serían decaimiento, debilidad muscular, disartría (error en la articulación de palabras) y en algunos casos desordenes alimentarios como la anorexia o respiratorios.
Vía | Babysitio
Foto | Vanidades
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