Filicidio altruista, madres que pierden la cabeza

Filicidio altruista, madres que pierden la cabeza

Escrito por: Belén    12 noviembre 2011    2 minutos

Algunos infanticidios cometidos por la propia madre son consecuencia de una depresión o un ataque psicótico

Aunque hay autores que consideran el amor materno como algo aprendido, basándose en las barbaridades que se han hecho históricamente a los menores, la biología nos cuenta que la mujer en el embarazo y tras el parto sufre cambios físicos enfocados a cuidar de sus hijos. Se trata de proteger la especie. Por tanto una madre que daña a su descendencia está haciendo algo antinatural.

Pero, vemos en las noticias con demasiada frecuencia, casos de mujeres que han matado a sus bebés. Son asesinatos por desesperación, culturales, por venganza hacia el otro progenitor y en algunos casos, por compasión. Este último crimen se denomina filicidio altruista. Se define como aquel cometido por madres contra sus hijos, que están convencidas que los mandan a un lugar donde ya no sufrirán y estarán mejor.(Sobol 1997)

Casi todas las madres que llegan a este punto, presentan un cuadro de depresión mayor previo. En unos casos su intención principal es su propio suicidio, y no son capaces de dejar a sus hijos solos en este mundo. Deciden por tanto, llevárselos con ella. En otros casos solo intentan proteger a los niños de amenazas reales o ficticias que ellas no pueden enfrentar por su estado mental. Puede ser consecuencia de un brote psicótico.

Cuando se pregunta sobre estas mujeres, lo normal es que se las describa como madres amantísimas, volcadas en sus hijos y aparentemente felices con ellos. Las que sobreviven también se definen a sí mismas como buenas madres y les parece inconcebible haber hecho algo así. Quizá lo que falla es la atención hacia ella, en su entorno familiar y en la consulta del médico. La depresión da síntomas que los médicos están preparados para identificar, y los familiares cercanos, al menos notarán que algo no va bien. Quizá vivimos demasiado centrados en nosotros mismos.

Foto | Flickr-ElvisKennedy
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