Fibrosis quística (III)

Fibrosis quística (III)

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    26 agosto 2010    2 minutos

Hoy en día, si bien no hay cura para esta enfermedad es posible detener su progreso y mejorar la salud y calidad de vida del niño gracias a un diagnóstico precoz y un tratamiento integral, herramientas que permitirán que el recién nacido pueda desarrollar su vida con un pronostico favorable.

El tratamiento se caracteriza por un abordaje verdaderamente multidisciplinario, con evaluaciones médicas periódicas, con una frecuencia que depende de la edad y del grado de afectación.

El tratamiento comprende muchos aspectos, desde la manera de alimentarse, la actividad física, kinesiología respiratoria, uso de mucolíticos para limpiar las vías respiratorias, y en caso de diabetes el uso de insulina. Obviamente será el médico el que diga que pasos seguir en cada caso en particular.

Un aspecto muy importante que debemos tener en cuenta es el tratamiento del daño pulmonar. El pronóstico de la enfermedad depende del grado de afectación del aparato respiratorio, causa del 95% de las muertes.

Cuando la enfermedad ya se encuentra muy avanzada los médicos aconsejan un trasplante pulmonar y/o hepático.

En un futuro la ciencia está buscando tratar la enfermedad mediante la modificación del gen.

Antes de terminar haremos un paréntesis sobre la alimentación. La acumulación de secreciones en el páncreas a causa de la fibrosis quistica provoca dificultades en el bebé para obtener suficiente proteína, grasa y calorías en su dieta que le permitan tener un crecimiento y peso normal. Por tal motivo, los padres deben tener especial atención en la alimentación del pequeño, se deben incluir tres comidas diarias y al menos tres colaciones con una gran cantidad de nutrientes.

Las infecciones y la absorción deficiente pueden aumentar la necesidad de calorías, por lo que necesitará más cantidad de calorías. También se deberá incorporar más sales en las comidas. Debemos tener especial atención en este aspecto ya que la pérdida excesiva de sales puede causar fatiga, calambres musculares, vómitos y deshidratación.

El niño que tenga esta enfermedad deberá contar con una dieta especial en la que se incluyan vitaminas liposolubles (A, D, E y K) ya que no se obtiene suficientes vitaminas en los alimentos que se consumen por la mal absorción de las grasas.

Vía | Nacer y crecer
Foto | Flickr – Silvaliya

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