El examen para maestro que los maestros suspendieron
La semana pasada fue noticia qué, en una oposición para el cuerpo docente de la Comunidad de Madrid, el 86 por ciento de los presentados no pasó la prueba de conocimientos. El nivel era de Primaria, lo que se supone debe saber un niño con 11 o 12 años. Al leer la noticia pensé que vaya desastre pero sin saber que habían preguntado no podía valorarlo. Ahora qué lo sé estoy asustada.
Lejos de ser preguntas complejas, con trampa o que obliguen a pensar, el examen es el mínimo exigible para un niño que termina la primera etapa de su formación. Porque al menos desde mi punto de vista, todos deberíamos conocer las provincias españolas, los ríos que recorren nuestra geografía y por donde lo hacen, saber que diferencia hay entre vasta y basta, entender el castellano como para poder utilizar vocablos tipo «escrúpulo, extasiar o pronóstico», saber sumar fracciones (quebrados en otras épocas), conocer el sistema métrico o saber la clasificación más simple de los animales.
Pues eso fue el examen que puedes consultar en este enlace. Solo el 2 por ciento de los maestros presentados sabe por que provincias transcurren el Guadalquivir, Ebro y Duero; solo un 7 por ciento hizo correctamente la conversión de medidas y de 16.023 presentados solo aprobaron 1.913. Entre las barbaridades que algunos respondieron Soria es una comunidad autónoma, Ciudad Real es andaluza, escrúpulo es la salida del sol o el atardecer y las serpientes «Se nutren de todos aquellos elementos de las aguas estancadas».
Seguro que hay quien no pudo hacer un examen correcto por los nervios, pero entiendo que son los menos. Ha habido polémica sobre si solo se valoran los conocimientos y eso no es enseñar, se ha politizado el tema, hay quien ha dicho no se que de la época de Franco, incluso se dice que no hubo tiempo para prepararlo, etc. Pero, desde mi punto de vista, esto es inaceptable.
Una cosa es que haya diferentes métodos para enseñar que no solo la memorización, que haya que valorar en el maestro otras aptitudes adicionales a los conocimientos y que un examen de este tipo podría no valorar más que los mismos. Pero, por favor, lo mínimo exigible es la cultura general, y en ella, pese a lo que piensa no se qué político, se incluye la geografía española, el conocimiento del lenguaje que utilizamos y soltura en las operaciones matemáticas más básicas. Diría que también habría que conocer la historia de España, un mínimo de física, química y biología o literatura, pero parece que eso es para doctores.
Algo está fallando estrepitosamente y no me refiero solo a la formación como maestro, es mucho más grave que estos resultados se justifiquen. Es más, que estos 14.000 que han suspendido ni siquiera tengan interés por conocer estas cuestiones tan básicas, aunque sea por el placer de conocerlas, dice muy poco de sus dotes para ejercer una profesión como la de maestro. ¿Qué interés por aprender van a transmitir a los niños?, ¿cómo les van a motivar?, ¿maestros de qué?. ¿Una persona que no lee lo bastante para diferenciar basto de vasto es quien me va a ayudar a inculcar el amor por la lectura en mis hijos?, ¿les va a enseñar a escribir quien escribe Valladoliz, aprendizage o bolcán?.
Yo dejo a mi hija cada día en manos de personas en las que confío, que creo aptas para cuidar de su bienestar e impartir conocimientos adecuados a su edad. No llevo jamás la contraria al profesor delante de la niña, escucho lo que tienen que decirme y lo aprecio, valoro y sopeso, obviamente si es necesario lo refuto, pero en privado. Trato de fomentar el respeto hacia él, o ella, por parte de mi hija y apoyo sus decisiones en casa. Pero eso no puedo hacerlo con alguien que muestra este nivel de conocimientos básicos y que no quiero ni imaginar la formación que puede tener en pedagogía u otros temas importantísimos para ser un maestro (ni siquiera bueno).
No es hacer escarnio, es sincera preocupación por la formación que reciben nuestros niños y quien la pretende impartir.
Foto | La Opinión de Málaga
Más información | El País
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