Etiquetas positivas: cómo influyen en la autoestima infantil
El ser humano se acerca a la realidad a través del lenguaje. Nombra aquello que le rodea. De este modo, los conceptos también sirven para clasificar, estructurar y organizar lo real. Sin embargo, existen formas de utilizar el lenguaje que no producen un efecto positivo a nivel emocional, incluso cuando se emplean con buena intención. Las etiquetas positivas, más allá de la bondad aparente que reside en su nombre, esconden una importante paradoja.
Y es que, aunque tienen una naturaleza diferente de las etiquetas negativas, también afectan a la autoestima. La trampa de las primeras reside, habitualmente, en el exceso de expectativas que depositan sobre el niño un peso elevado y difícil de gestionar.
Cuando las altas expectativas se distancian de la aceptación
Puesto que es probable que intente alinear sus acciones con el significado de esos conceptos que tanto le definen, según el punto de vista de sus familiares más cercanos. Las etiquetas muestran una forma de evaluación y, sin embargo, el reconocimiento que fortalece el amor propio es aquel que reside en la aceptación.
Las etiquetas son mensajes que ponen el acento en la persona, por ello, suelen estar acompañadas por el verbo ser. Y, sin embargo, es importante aprender a diferenciar entre el valor personal y el resultado de las acciones para que el primero no esté determinado por el éxito o el fracaso.
Las etiquetas positivas pueden convertirse en una fuente de sufrimiento cuando quien las recibe teme defraudar al otro. Cualquier forma de etiqueta lleva a cosificar al ser humano puesto que confunde la parte con el todo. Un niño es un ser lleno de matices, capacidades y potencialidades. Una etiqueta positiva, repetida con frecuencia, deja de lado otros adjetivos que también describen al protagonista.
Cuando la realidad se evalúa a partir de las etiquetas positivas, la interpretación de los resultados de un proceso parte desde el filtro de la perfección. Y, desde ese prisma, nada parece suficiente. Las etiquetas positivas pueden dar lugar a creencias que parecen tener un valor absoluto para quien las pronuncia y para quien las escucha. Creencias que están acompañadas por las palabras siempre o nunca (es decir, parecen no dejar espacio para las excepciones).
Las etiquetas aparentemente amables no siempre reflejan un refuerzo positivo
El reconocimiento, la valoración y los elogios parecen estar condicionados por el cumplimiento de esas expectativas que pueden llegar a decir más de uno mismo que del otro. El refuerzo positivo, por ejemplo, pone el acento en el plano de la acción más allá de los logros alcanzados.
El lenguaje describe la realidad. Pero tal vez en algún momento has experimentado esa sensación de no encontrar el término adecuado para expresar una idea. Esto es algo que puede ocurrir de forma frecuente cuando se trata de conectar con el mundo interior de un ser humano y el universo infantil.
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