Etapa de los porqués: cómo responder las preguntas del niño
Padres y madres descubren a partir de su propia experiencia las distintas etapas de la evolución del bebé. Una de las etapas de descubrimiento es aquella que llega acomapañada por una sucesión interminable de preguntas. Cuestiones que son un reflejo de la curiosidad infantil y que también puede poner a prueba la paciencia de los adultos.
Alrededor de los 3 años, el niño se sumerge en este universo de descubrimiento en el que demanda información constante. Este es un tiempo de aprendizaje y, por tanto, tú puedes acompañarle en este proceso de comprender el entorno que le rodea. ¿Cómo responder a sus primeras preguntas?
Atención
Aunque la perspectiva de una pregunta infantil vista desde la etapa adulta pueda resultar evidente en su respuesta, es importante que no restes importancia a esta cuestión. De hecho, también puedes dejarte contagiar por esta perspectiva de la observación de la realidad para redescubrir el entorno que te rodea desde la mirada del asombro como si observases esa cuestión por primera vez, intentando distanciarte del filtro de la rutina. Desde esta mirada, todo parece evidente. Sin embargo, cuando te distancias de este foco de la rutina, amplías el campo de visión.
El asombro nace de la pausa y la observación. Es evidente que no puedes tener esta predisposición en todo momento al tener que atender distintas ocupaciones, pero sí es positivo que puedas experimentar esta experiencia de volver a asombrarte con lo real de manera habitual. Uno de los libros que puede inspirarte en su mensaje esencial es Educar en el asombro, una obra de Catherine L’Ecuyer.
No solo puedes escuchar las preguntas del niño en relación con aquello a lo que remiten, también puede ver que estas cuestiones te acercan a tu hijo y te permiten conocerle mejor. La comunicación es un aspecto muy importante en este vínculo afectivo y estas preguntas forman parte del diálogo. Por ejemplo, tal vez identifiques algunas cuestiones que llaman más la atención del niño que otras. Temas en los que quiere profundizar de manera recurrente.
Mi primer gran libro de los ¿por qué?
Si te encuentras en esta etapa, también puedes encontrar recursos de apoyo informativo en el mundo editorial mediante la referencia de obras especializadas en esta cuestión. Este es el ejemplo de este título de Amy Shields. Un contenido que unifica información e imágenes de calidad para ilustrar las respuestas desde una perspectiva más detallada. Al responder a las preguntas del niño es importante que utilices un lenguaje sencillo y adaptado a su edad para potenciar la comunicación desde la empatía.
Puedes alimentar su curiosidad no solo a través de tus respuestas, sino también mediante tus propias preguntas. A través de Internet también puedes consultar información sobre posibles respuestas a preguntas ante las que tal vez no sabes qué decir. Aunque puedes contar con este medio de consulta que muestra la función positiva de la tecnología cuando se hace un buen uso de ella, también es importante que no te distancias de una cualidad humana tan valiosa como la naturalidad. Es decir, puedes potenciar este modo de ser a través de la conexión con tu niño interior.
Sin embargo, conviene asumir con realismo los propios límites del conocimiento. Al igual que puede ocurrir que un adulto te haga una consulta y desconozcas la respuesta, también puede suceder que no sepas responder a una cuestión infantil. En un momento tan condicionado por la inmediatez actual también puedes tomarte tu tiempo para reflexionar sobre un tema que no sabes bien cómo contestar. Aunque la etapa de los porqués puede empezar a desarrollarse a partir de los 3 años, suele ser a partir de los 5 cuando el niño plantea cuestiones más complejas.
Cuentos para responder a las preguntas de los niños
Existe una respuesta que con frecuencia es la manifestación del propio agotamiento de la paciencia. La contestación «porqué sí». Aunque es positivo escuchar al niño en sus preguntas, intentando ofrecer una respuesta sencilla y acorde a su edad, también es importante que seas comprensivo contigo cuando no logras enfocar las respuestas desde este punto de vista. Existen distintos recursos pedagógicos que pueden inspirarte para explicar algunas respuestas: los ejemplos, los cuentos y las historias.
A través de las respuestas no solo alimentas la curiosidad infantil, sino también su autoestima al poner atención en aquello que es importante para él. Puedes observar esta experiencia como una forma de jugar con el niño a través de las palabras.
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