Estrías, una prueba para nuestra piel
Las estrías son muy pequeñas rupturas de las fibras de elastina que se producen en la capa media de la piel, la dermis, y se transparentan a través de la epidermis. Cuando aparecen son de un color morado y rojo, luego se ponen de color rosa y por último reducen su grosor y se vuelven de tono blanco parecido al nácar.
Un nivel alto de cortisol, tal y como se da por ejemplo durante el embarazo o la pubertad, favorece la relación de estrías. La hormona actúa de tal forma que la piel retiene más agua, pero al mismo tiempo pierde elasticidad. También aparecen cuando hay grandes variaciones de peso o debido a la toma de medicamentos como la cortisona, que favorece la aparición de las estrías.
Durante el embarazo y para su cuidado es conveniente empezar con algunas cremas específicas, sobre todo en los senos, que es lo primero que aumentará en tamaño. Además, es aconsejable continuar el tratamiento dos o tres meses después del parto, hasta que tu piel vuelva a su estado normal. Las cremas ayudaran a volver tu piel más elástica y resistente a la ruptura. Estos productos contienen principios que activan la síntesis del colágeno y la elastina estimulan la hidratación y refinan la piel. Entre otros, incluye vitamina A, B, E y F, el kiwi y los aceites esenciales, de rosa mosqueta, de almendras o de germen de trigo.
Las estrías y los factores que las provocan dependen de varios factores.
No todas las pieles tienen lamisca elasticidad, debido a factores genéticos y, muchas veces, hereditarios. Si nuestra madre tiene estrías, nosotras deberemos cuidarnos aún más.
También dependerá del peso que aumente cada mujer durante el embarazo. El promedio oscila entre 8 y 18 kilos. Y, mientras más se aumente de peso, más riesgo existirá que la piel se rompe al estirarse. Por este motivo es frecuente su aparición en embarazos múltiples.
Otro factor que entra en juego es la elasticidad de la piel. Si se encuentra bien hidratada y nutrida cederá sin romperse. Por lo tanto, es fundamental tomar bastante agua diariamente.
En las embarazadas aparecen fundamentalmente ambos lados de la panza, en los senos, en las caderas y los muslos. En los hombres –también ellos las padecen- es frecuente que aparezca en el abdomen, los brazos y los glúteos. En los adolescentes surgen mayoritariamente en el tronco, los muslos y los brazos y en el caso de los fisicoculturistas, en las zonas del cuerpo más musculadas.
Fuente | Para Ti Mamá