Los estímulos durante el primer año, fundamentales para su vida posterior

Un estudio reciente realizado por las Universidades de Chicago e Indiana, en Estados Unidos, ha puesto de relieve la importancia que tiene la estimulación que reciben los bebés durante su primer año para el comportamiento posterior. De este modo se ha comprobado que aquellos niños durante su infancia y adolescencia, presentan claros problemas de comportamiento, en la mayoría de los casos se deben al tipo de educación y atención, por parte de sus padres, que recibieron en esos primeros doce meses de su vida.

Para ello, los investigadores estudiaron, en un principio, la actitud presentada por los niños: caprichosos, asustadizos, alegres o tristes. Y los fueron comparando con el tipo de estímulos intelectuales que los padres habían dado a sus hijos o la forma en la que el afecto les había llegado.

Los resultados fueron especialmente claros: aquellos niños que habían sido tratados con buenos estímulos durante ese periodo y sin un exceso de caprichos ni sobre protección, presentaban menos conductas conflictivas durante la infancia y adolescencia. También se comprobó que en los niños la tendencia que más marcaba su mala conducta era la de haber tenido un exceso de caprichos, mientras que en las niñas estaban relacionados con los miedos.

Estos distintos conflictos presentados en los niños, se compararon con la conducta que habían tenido sus madres durante la crianza de ese primer año. Así se descubrió que la mayoría de ellos no habían tenido ningún tipo de estimulación temprana, o habían sido criados con miedo, algo que fue transmitido a su carácter o lo sobreprotegieron tanto que ahora podría presentar claros problemas de comportamiento.

Vía | Tendencias 21
Foto | Mecakids

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