Estilo de crianza autoritario: ¿Qué dice de ti como padre?

Los distintos tipos de estilos de crianza muestran, por otra parte, diferentes perfiles de padres y madres. Por ello, las características principales de cada forma de influencia remiten de manera directa al comportamiento y modo de ser de los progenitores. El estilo autoritario, aunque era más habitual en el pasado, todavía sigue guiando a algunas personas. ¿Pero qué dice el estilo autoritario en relación con las expectativas, emociones y forma de conexión de los padres?

1. Deseo de control

Las normas, decisiones y la defensa de la autoridad que hace un padre autoritario muestra su vulnerabilidad ante la pérdida de control. Y es que, una postura tan rígida no destaca por la flexibilidad y la creatividad para responder con facilidad ante los cambios. Por esta razón, el orden, la organización y el control adquieren una especial relevancia en la crianza autoritaria. Ese deseo de control te proporciona una sensación de seguridad ante los desafíos diarios que afrontas en la vida familiar puesto que eres consciente de la responsabilidad que asumes en este proceso. A pesar de ello, aunque logres un aparente control en algunos momentos, en otras ocasiones te sientes desbordado por lo que ocurre a tu alrededor.

2. Padres muy exigentes (que también lo son consigo mismos)

La exigencia que los padres autoritarios muestran hacia sus hijos se comprende mejor a través del tipo de relación que el protagonista establece consigo. Por ejemplo, un padre muy exigente también se trata con dureza a sí mismo cuando se equivoca, no logra los resultados deseados o comete un error.

3. Una relación distante y poco emocional

La mayoría de los padres autoritarios, así como otros que adoptan estilos diferentes, quieren de verdad a sus hijos. Sin embargo, el recuerdo de los niños que han sido educados en un ambiente autoritario se caracteriza por la frialdad, la ausencia de gestos cariñosos y la dificultad para expresar sentimientos con libertad. Los padres autoritarios expresan su amor a través de límites y normas que, desde el punto de vista del progenitor, tienen una intención positiva: cuidar, proteger y aportar seguridad. Aunque, ante el deseo de control que, como hemos señalado acompaña a la crianza autoritaria, el número de normas puede ser excesivo.

4. Miedos que se trasladan al niño

Una crianza autoritaria gira de forma principal en torno al miedo. Y es que, a veces los niños pueden llegar a temer algunas de las reacciones de sus progenitores o los posibles castigos impuestos por estos. El miedo que destaca en esta forma de crianza muestra la proyección a través de la que el adulto traslada sus propios temores a sus hijos.

. 5. Te sientes cómodo con el estilo de crianza, pero no te define de manera absoluta

A lo mejor te sientes cómodo con el estilo de crianza autoritario porque es el modelo de referencia con el que tú te has criado en tu niñez. Tal vez crees que esta perspectiva te ofrece la posición ideal para mantener el respeto y la autoridad ante tu hijo. Quizá te sientes cómodo al repetir un patrón que te acompaña desde hace un tiempo. Sin embargo, no te define ni describe tu modo de ser de manera absoluta, porque, si lo deseas, tienes la posibilidad de adoptar otro enfoque, adquirir nuevas habilidades o aprender inteligencia emocional para una crianza más consciente.

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