Estenosis hipertrófica de píloro o los vómitos incontrolados del bebé

Es normal que las primeras tomas de alimento de nuestro bebé siempre acaben con algo de leche expulsada, es lo que se conoce como reflujo y que viene a ser como un certificado de que nuestro niño está totalmente satisfecho. Suele ser una pequeña cantidad y que con el tiempo va desapareciendo, a medida que su aparato digestivo se va desarrollando.

Pero si estos vómitos son constantes, en grandes cantidades, tanto que expulsa todo lo tomado antes de que le pueda llegar al estómago, entonces quizás nos encontremos con una estenosis hipertrófica de píloro.

Se trata de una enfermedad infantil que consiste en que el músculo del píloro (el situado en la salida del estómago) se presenta excesivamente grueso por lo que impide el tránsito del alimento hacia el intestino. Los síntomas son claros y contundentes y cualquier alimento que reciba va a ser expulsado en su totalidad, incluso hay ocasiones en las que parece que ha vomitado el doble de lo ingerido.

Como consecuencia de ello el bebé siempre se presenta hambriento y come con una exagerada avidez. No gana peso e, incluso, llega a adelgazar de forma alarmante. No debemos olvidar que este problema se presenta desde el primer día de vida de nuestro niño y, por lo tanto, hay que solucionarlo con la mayor urgencia posible. Como siempre el pediatra es el que va a valorar si se trata, realmente, de una estenosis pilórica o de una regurgitación algo exagerada.

El único tratamiento posible es una operación quirúrgica bastante sencilla y con una rápida recuperación. A modo de estadística decir que esta anomalía afecta a uno de cada 150 varones y a una cada 750 mujeres. Aunque las causas son desconocidas, sí se cree que intervienen factores genéticos.

Vía | El Bebé
Más Información | Embriología

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