Espasmo del sollozo, el bebé deja de respirar al llorar
Uno de los grandes sustos que podemos llevarnos los padres es que el bebé que está llorando desconsolado se prive, deje de respirar. Suele suceder durante el llanto pero también ante una sorpresa, un susto o por frustración al no conseguir lo que quiere. Les ocurre a un 5 por ciento de los bebés aproximadamente y comineza entre los 6 y los 12 meses hasta los 6 o 7 años en que desaparece por si mismo. La mayor frecuencia es entre el primer y el segundo año de vida.
La respiración vuelve por si misma al cabo de menos de un minuto y con eso termina el episodio. El bebé puede estar cansado, sudoroso y quizá quiera dormir una vez que todo ha pasado. Durante el espasmo, los labios y dedos pueden tener un tono ligeramente azulado, la piel puede ponerse ligeramente pálida e incluso justo antes de terminar, el bebé puede sufrir sacudidas musculares similares a una convulsión.
Los espasmos no tienen ninguna relación con la muerte súbita del lactante, ni provocan daños al bebé ni inmediatos ni a largo plazo. No hay una causa para el espasmo de sollozo o llanto, aunque se sabe que uno de cada cuatro niños que lo tienen, también tienen un familiar que lo padeció en la infancia. Sería bueno comentar estos episodios con el pediatra para que nos confirme que no se trata de algún trastorno.
Cuando sucede no debemos hacer nada. Mantener la calma para ayudar al niño a tranquilizarse, no zarandearle ni gritarle y ponerle boca arriba para favorecer el flujo cerebral y evitar accidentes. Al terminar debemos seguir calmados y tratar al niño en tono neutro. El espasmo del sollozo es involuntario pero al igual que ocurre con las rabietas, el pequeño puede aprender que le sirve para conseguir lo que quiere y comenzar a utilizarlo. Una vez que el pequeño conoce los límites, los espasmos van desapareciendo, como lo hacen también las rabietas.
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Imagen | Calm your screaming baby