¿Es recomendable castigar a los niños por no hacer los deberes?
Los deberes pueden llegar a convertirse en motivo de conflicto o dificultad en toda la familia. A veces, la idea del castigo parte de una intención positiva como un medio correctivo cuando el niño no hace las tareas y ejercicios de la jornada. En ocasiones, la razón principal de esta dificultad se relaciona con la falta de motivación. Y el castigo no consigue un efecto positivo en relación con la implicación interna.
Tampoco hay que caer en el lado opuesto al sobreproteger a los niños y hacer los deberes por ellos. Sencillamente, cuando los niños no hacen las tareas también pueden descubrir que esta forma de proceder tiene consecuencias. Y esas consecuencias, que conectan con la experiencia personal, pueden ser muy educativas en sí mismas.
Hay otras alternativas al castigo
Eso tampoco quiere decir que haya que descartar el castigo de forma general en todo tipo de casos. Sin embargo, sí es importante que la medida adoptada sea proporcional y, por otra parte, la estrategia de actuación no debe centrarse únicamente en esta perspectiva. Es recomendable ir más allá del dato concreto para analizar las causas, factores y variables que interfieren en la disposición del niño ante el estudio. Por ejemplo, tal vez necesite apoyo para aprender a organizarse mejor, utilizar técnicas de estudio o ganar autoconfianza.
Es decir, es recomendable ir más allá del hecho visible, que el niño no ha hecho los deberes, para intentar comprender qué ocurre en la base. No se trata de justificar cualquier comportamiento o de quitar importancia a lo que sucede, sin embargo, hay otras alternativas al castigo. Y una de ellas es la educación que pone el acento en la responsabilidad ante las consecuencias de los actos.
En ocasiones, el castigo se convierte en una medida de aplicación inmediata, pero eso no quiere decir que sea una solución rápida. Es decir, hay otras perspectivas como, por ejemplo, el refuerzo positivo. Además, es importante profundizar en torno a cada situación de forma individual porque es diferente si la situación se repite con frecuencia o, por el contrario, ocurre de manera ocasional.
No hacer los deberes también forma parte del aprendizaje
Hacer los deberes forma parte del aprendizaje de lo que implica asumir una responsabilidad. Pero en el camino que cada alumno supera para fortalecer hábitos y rutinas también se integra esta circunstancia. Es decir, si el niño no hace la tarea en un momento puntual, tiene la posibilidad de entender que la acción produce consecuencias. Tal vez aplazó las tareas para más tarde y después no le dio tiempo a hacerlas.
Aunque castigar a los niños por no hacer los deberes era una medida más habitual en el pasado, es un enfoque que ha ido quedando desplazado ante otras propuestas educativas más respetuosas.
Comentarios cerrados