Errores de los padres en los estudios de los hijos (y IV)
Ya hemos visto como los padres somos parte muy importante, también, en la educación académica de nuestros hijos. Según sean nuestras actitudes y exigencias, así vamos a conseguir unos resultados u otros. A través de distintos artículos hemos ido recopilando aquellos que los expertos han ido recabando a lo largo de su experiencia con los niños. Hoy damos un punto y final a este repaso, pero seguro que aún quedan muchos puntos suspensivos que cerrar.
Convertirse en espía. Muchos padres tratan de averiguar los resultados o progresión académica de sus hijos a base de husmear en sus cuadernos, su red social o preguntando a los otros padres con el fin de enterarse o comparar la veracidad de lo que le dice. Esto lo único que va a provocar es una creciente desconfianza. Así que lo mejor es sentarnos juntos y hablar sobre las actividades diarias, hacer un repaso de lo hecho durante la jornada y de las futuras actividades. También hay que ser un tanto flexible, dejarle ser autónomo y no imponer un control estricto.
Solucionar todos los problemas. ¿Cómo aprendemos a defendernos en la vida?… enfrentándonos a nuestros propios errores o a aquellos problemas que se nos van presentando. Muchos padres tendemos a hacérselo todo tan fácil que no conseguimos que sean autónomos nunca. Tiene que presentar un trabajo escolar, por ejemplo, y se ha quedado sin pegamento, somos capaces de cruzarnos media ciudad para que el niño lo presente puntualmente, pero el niño debe aprender que todo eso debe tenerlo previsto y dejar que sea él el que lo solucione, aún a riesgo de tener una nota más baja por no presentarlo a tiempo.
Los deberes escolares no son un castigo. Y aquí está el gran error. Si vinculamos que la lectura, el aprendizaje o el conocimiento es un castigo, entonces estamos inculcándoles que la educación es negativa y, por lo tanto, va a verla como una auténtica condena. El tiempo de estudio en casa en necesario y debe ser relajante y ameno, sobran los comentarios de «castigado a hacer los deberes» o «hasta que no leas no podrás ver la televisión».
Vía | La Vanguardia
Foto | Virginia Ruiz
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