Errores de los padres en los estudios de los hijos (II)
Ya hemos visto, en un artículo anterior, como los padres podemos influir de forma muy significativa en el éxito de nuestros hijos con los estudios. Dejar que hagan las tareas por sí solos o conocer sus limitaciones, son una buena forma de ayudarles. Pero ¿quieres conocer más?
Lo único importante son los estudios. Hay familias en las que todo el desarrollo del niño gira alrededor de las notas académicas, es como si el resto de aficiones, actividades o, incluso, emociones, no sirvieran para nada; esto hace que los niños se sientan, a menudo, meras máquinas de sacar buenas notas, sintiéndose muy frustrados si no llegan a los niveles exigidos por los padres.
Ofrecer un premio a cambio de buenas notas. Según los expertos sigue siendo un grave error ya que el estímulo por aprender debería estar en la propia necesidad del pequeño por conocer cosas nuevas, avanzar en el conocimiento o encontrar nuevas vías en el aprendizaje. Con este tipo de trueques, estamos consiguiendo que el niño se convierta en un esclavo del estímulo material.
No tiene un trastorno, es vago. Otro de los errores de los padres, quizás porque no asumimos que nuestro hijo se nos va de las manos con el tiempo de ocio, es el de tratar de encubrir la pereza, «vaguería» o falta de esfuerzo, con un trastorno. ¿Cuántas veces no habremos oído aquello del estrés, ansiedad, intolerancia a la frustración o, incluso, herencia genética? En la mayoría de los casos hay horas y horas de videojuegos que de esfuerzo académico.
Aprender cuanto antes. La impaciencia es uno de los rasgos más generalizados en los padres a la hora de que los niños aprendan. Ya vimos como desde bien pequeños los estamos estimulando, olvidando que el aprendizaje es un camino largo que va obteniendo resultados poco a poco. Un paso lleva a otro paso e intentar acelerar la carrera puede ser contraproducente en el pequeño.
Vía | La Vanguardia
Foto | Anderbeltran
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