Errores con los medicamentos (Parte 1)

Debemos tener en cuenta que una medicación mal usada puede ser perjudicial para la salud de nuestros hijos.

Dosis incorrectas
En algunas ocasiones le damos la misma dosis del antitérmico habitual al otro que toma por primera vez (total, pensamos, sirve para lo mismo), o inventamos una medida universal que usamos siempre, esa cucharita de postre que tenemos en la cocina. Pero a la hora de tomar un medicamento, todo tiene un porqué y sólo obtendremos los efectos deseados si somos escrupulosos en la administración. La dosis correcta es fundamental y cada milímetro tiene su función.

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En la infancia, todas las enfermedades se parecen en sus síntomas, aunque sean muy diferentes. Estamos haciendo un diagnostico que puede ser perjudicial para nuestro hijo, ya que le estamos administrando medicinas sin saber realmente qué tiene, podemos estar enmascarando una enfermedad seria.

Retirarlo antes de tiempo
Como ya lo notamos mejor pensamos que debemos suspender la toma. Pero no es ahí donde tenemos que recortar. Los antibióticos sobre todo, tienen que ser administrados exactamente el número de días que el pediatra señale, y la razon es simple: el médico sabe cuánto tiempo necesita el antibiótico para terminar con la bacteria. Si dejamos de darle el medicamento cuando desaparecen los síntomas, es posible que la bacteria siga viva (aunque debilitada), y si no cumplimos el tratamiento hasta el final, le damos la oportunidad de recuperarse y aparecer de nuevo con muchos más recursos frente a los antibióticos. Muchas enfermedades de repetición son el resultado de haber seguido mal el tratamiento, lo que ha generado una bacteria resistente a todo.

Fuente | Ahora Mamá

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