Errores con los medicamentos (III)

Errores con los medicamentos (III)

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    1 octubre 2009    2 minutos

En este último artículo de la trilogía (no descartamos más, por supuesto) te seguimos contando acerca de los riesgos que pueden aparecer al dejar los medicamentos cerca de nuestros hijos o que debemos tener en cuenta cuando conservamos los remedios.

Si bien es cierto que lo está claro en todos los anuncios y, desde ya, estamos de acuerdo sin embargo, no es difícil ver el antitérmico en la heladera o en la mesita de noche de los niños.

En el fondo de nuestro cerebro está la idea de que ¡el niño nunca va a querer tomar el medicamento por su cuenta! Sin embargo, los jarabes tienen sabores y colores atractivos, y esto hace posible que el pequeño, además de tomárselo con gusto cuando le toca, quiera seguir tomando si le queda a mano. Es importante entonces, no dejar los medicamentos al alcance de los chicos.

Utilizarlos de forma segura: anotar siempre lo que nuestro hijo debe tomar y la forma de hacerlo. En la consulta lo tenemos todo claro, pero al salir o a la hora de administrarlos es cuando surgen las preguntas. Debemos preguntar todas nuestras dudas antes de salir del consultorio del médico y no dar por sabido: ¿tenemos que esperar algún efecto secundario?, ¿podemos tomar alguna medida especial? ¿Puede recordarnos cuántos días y cuántas tomas?

Comprobar que el nombre que figura en el envase coincide con lo que nos han recetado. Yo se que esta sugerencia parece una tontería, pero les puedo asegurar que en muchas ocasiones pasa que con el afán de que los niños tomen rápidamente el remedio y así mejore, ha pasado que se compran graduaciones diferentes a las recomendadas. Y pasa que dos formas diferentes de un mismo medicamento, con la misma dosis no actúan igual. Conviene consultar al pediatra.

En las tomas, seguir estrictamente la frecuencia indicada por el pediatra. No saltearnos tomas, no adelantarlas, sobre todo en el caso de los antibióticos. Tomar el medicamento exactamente el número de días recetado por el pediatra. Un uno más ni uno menos.

Un último consejo es que tengas en cuenta que todos los medicamentos se conservan de la misma forma. Cada uno de ellos tiene una característica específica que es decisivo respetar para su conservación y para obtener el efecto deseado. Además, no todos los fármacos se administran igual. Hay medicamentos, por ejemplo, que no se absorben bien con la leche, como el hierro, unos que necesitan el estomago lleno y otros que lo necesitan vacío para hacer efecto. La conservación y administración de los medicamentos nos plantea dudas que no siempre preguntamos y es importante que lo hagamos.

Fuente | Ahora Mamá

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