Errores habituales de los padres primerizos y cómo prevenirlos
La experiencia es un grado en cualquier ámbito de la vida. Una experiencia que aporta la retroalimentación del punto de vista propio. La vivencia de la maternidad y la paternidad también está acompañada por la sensación de esa primera vez marcada por ilusiones, esperanzas, dudas y temores. ¿Cuáles son los errores habituales de los padres primerizos y cómo prevenirlos?
Falta de comunicación
Los cambios vividos al formar una familia son tan numerosos que cada uno puede responder a los acontecimientos externos sin compartir sus dudas y sus miedos con el otro. Este es un momento nuevo para la pareja en un doble sentido. No solo es el instante del descubrimiento del nuevo ser, sino también un tiempo que marca un nuevo contexto en la relación de pareja. Por tanto, conviene vivir este momento desde la perspectiva del aprendizaje en lugar de hacerlo desde la exigencia constante.
La palabra es un recurso de comunicación esencial para poner en común los objetivos y la descripción del proyecto de vida a corto plazo. Este proyecto de vida familiar incluye la misión y la visión de vida compartida en común.
Esta falta de comunicación no siempre se traduce de manera literal en una falta de diálogo. Sin embargo, puede ocurrir que dos personas eviten expresar claramente aquellas emociones y sentimientos que les hacen sentir vulnerables. No solo puedes compartir aquello que deseas expresar con tu pareja, sino que también puedes sentir el abrigo emocional de tus seres queridos y de tus mejores amigos. Gracias a las nuevas tecnologías, puedes mantener el contacto incluso en la distancia.
Ladrones de energía emocional
Vivir el presente es un propósito de felicidad esencial en cualquier situación personal. En la maternidad y la paternidad, esta presencia consciente está alineada con la atención y el cuidado del propio bebé. Sin embargo, más allá de las tareas que ocupan el tiempo de padres y madres de forma inmediata, existen ruidos emocionales que distraen la atención del propósito principal en este instante. Por ejemplo, los miedos reforzados por medio de la preocupación continua al viajar al futuro desde el presente.
Nadie puede ocuparse de aquello que no ha ocurrido todavía, solo el presente te pone en disposición de gestionar esta competencia. Muchas de estas preocupaciones tienen que ver con la salud del bebé. Y los temores crecen a partir del síndrome de la sobreinformación que es el resultado de un exceso de lectura de libros y artículos sobre bebés. Tener esta disposición es muy positivo, sin embargo, conviene encontrar el equilibrio. Si tienes cualquier duda sobre el bienestar del niño, consulta esta información con un profesional especializado que te responda de manera individual.
Cada persona es única, las circunstancias que acompañan a esta experiencia también lo son. Por tanto, para profundizar en tu situación es recomendable que identifiques cuáles son esos ladrones de energía y de tiempo, es decir, esos factores que de manera repetida de roban tu tranquilidad de ánimo. Una vez que hayas diagnosticado las variables de esta situación, te resultará más fácil elaborar un plan de acción para incrementar tu resiliencia.
Intenta observar el foco desde el que observas esa preocupación. ¿Qué significado crees que tendrá ese hecho cuando lo recuerdes dentro de cinco años? Este reencuadre temporal puede ayudarte a relativizar esta circunstancia.
Estrés financiero
El factor económico está muy presente en el proyecto de vida familiar puesto que la gestión de las finanzas es determinante para planificar las compras de este tiempo atendiendo a aquello que es necesario. El exceso de gastos también produce una reacción emocional cuando dificulta el ahorro o el cumplimiento del presupuesto mensual.
¿Cómo prevenir el estrés por esta cuestión? Conectando este punto con el anterior, es recomendable evitar la tendencia hacia la anticipación en relación con las compras. Realiza las compras atendiendo al factor de la utilidad. ¿Cómo mejorar el control de las finanzas? A través de la planificación previa.
Compararse con otros padres y madres
Este factor no solo puede darse en la maternidad o la paternidad, sin embargo, en este momento produce un especial desgaste en quienes inician esta nueva etapa de sus vidas. En lugar de compararte con los demás, comparte este tiempo con aquellos que te rodean. Y observa en el ejemplo de quienes ya han vivido esta experiencia, una circunstancia propicia para la empatía de poner en común reflexiones, consejos, dudas y vivencias.
Esta tendencia hacia la comparación también nace de un contexto específico de este periodo. Por ejemplo, es habitual que padres y madres primerizos reciban muchos consejos por parte de los demás, consejos que pueden llegar a generar un efecto opuesto al esperado al incrementar la sensación de seguridad. Además, en un tiempo de conexión tecnológica, algunas personas comparten imágenes de sus hijos a través de sus redes sociales. Imágenes que, en algunos casos, reflejan una visión idealizada de la maternidad o muestran un aspecto concreto de la misma.
¿Cómo evitar compararte con los demás? Recuerda cada día, como un mantra, que tu bebé es único pero tú también lo eres. Y no necesitas ser perfecto para querer de forma incondicional a tu hijo. Tu fortaleza reside en tu capacidad de superación y en el propio amor. Además, cuando evitas compararte con los demás, adquieres un aprendizaje muy valioso que también puedes poner en práctica con tu hijo al evitar compararle con otros niños.
El nuevo vínculo con el bebé es un centro importante en tu vida, sin embargo, no lo es hasta el punto de desplazar totalmente el vínculo que tienes contigo. Cuando te cuidas, este cuidado repercute positivamente en el bienestar del niño. Por tanto, practica la introspección para descubrir tus fortalezas y puntos de mejora en esta nueva etapa. Hazlo desde la amabilidad y el respeto hacia ti, sé amable contigo, cuida ese diálogo interior que gira en torno a esta nueva faceta de tu vida posicionándote ante este nuevo capítulo como protagonista. Los errores forman parte de la vida y la verdadera sabiduría reside, no en pretender reducirlos a cero, sino en aprender de ellos.
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