Errores de los padres cuando los niños destacan en un deporte
Cualquier niño puede disfrutar del contacto con una actividad deportiva. Sin embargo, en ocasiones son los padres quienes potencian el peso de la presión deportiva infantil sobre sus hijos. ¿Qué fallos es importante evitar en este escenario?
1. Anticipar el futuro sin tener en cuenta las decisiones del propio niño
Cuando un niño muestra excelentes habilidades en una o varias disciplinas, es posible establecer una asociación inmediata entre la situación actual y el éxito potencial en la etapa adulta. Pero es un error anticipar el futuro sin tener en cuenta que es el propio niño quien, en cada fase de su crecimiento, da forma a su camino.
2. Creer que su hijo es mejor que los demás
Las comparaciones interfieren en la felicidad personal desde varias perspectivas. En ocasiones, es el niño quien mide sus capacidades desde esta óptica. Sin embargo, a veces son los propios padres quienes creen que su hijo es mejor que los demás. Y no tienen en cuenta que, además, hay otros muchos niños y niñas que tienen un enorme potencial.
3. Modificar el comportamiento en función de los resultados
El niño no debería sentir que su valor varía en función de los resultados obtenidos en la práctica de una actividad deportiva. Los resultados son cambiantes porque dependen de múltiples circunstancias. Sin embargo, se producen giros inesperados y cambios bruscos en el comportamiento de aquellos padres que parecen condicionar las demostraciones de afecto y la cercanía según las condiciones del contexto.
4. Idealizar el talento en lugar de alimentar el esfuerzo
Algunas personas creen que el talento es un don innato que, por sí mismo, produce frutos sorprendentes. Sin embargo, el ejemplo de tantos deportistas y de otros profesionales que han triunfado en diferentes ámbitos es un reflejo de una realidad diferente. La constancia, la perseverancia, el trabajo, la superación de la adversidad y la paciencia fomentan el desarrollo de habilidades y capacidades por medio del entrenamiento.
5. Perpetuar estereotipos del pasado: creer que hay deportes de niño o niña
El deporte alimenta el bienestar personal. Aunque se han superado muchos prejuicios y etiquetas en este ámbito, conviene seguir insistiendo en la importancia de no perpetuar estereotipos del pasado. Por ejemplo, no existen deportes específicos para niño o niña. Esta idea puede generar mucho sufrimiento a alguien que crece en una familia que le hace sentir que no encaja con aquello que aparentemente es más conveniente a nivel social.
6. Quitar importancia al valor que tienen otras asignaturas y experiencias
Si el niño empieza a destacar en una actividad y esa propuesta le gusta de verdad, disfruta cuando dedica tiempo a su afición. Pero siempre con un límite y una medida. Su infancia no debería girar permanentemente en torno a una única propuesta. Y los padres tampoco deben caer en el error de quitar importancia o relativizar el valor que tienen otras asignaturas y experiencias.
7. Visualizarse a sí mismos en sus propios hijos
A veces, no es fácil establecer una distancia cuando los éxitos del niño recuerdan a la propia historia personal. Sin embargo, aquellos padres que también destacaron en el deporte cuando eran niños pueden llegar a visualizarse a sí mismos en el presente de sus hijos.
En esencia, el deporte es símbolo de cuidado y bienestar. Sin embargo, también es importante que los padres de los niños establezcan una relación positiva con este concepto a través de comportamientos que alimentan el compañerismo, el respeto y la superación.
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