Errores que cometen los padres separados con sus hijos
Según el Instituto Nacional de Estadística, cada año se separan en España 110 mil parejas, la mitad de ellas tienen hijos menores. Estas circunstancias provocan en los pequeños distintos problemas psíquicos causados, en la mayoría de ocasiones, por una mala gestión de esta nueva situación familiar. Aunque nuestro deber es velar por el bienestar de nuestros hijos, no siempre somos capaces de gestionar nuestra vida de la mejor manera, procurando excesivo sufrimiento a los que están a nuestro alrededor, especialmente a los más vulnerables como son los niños.
Aunque cada pareja es un mundo y trata de solventar sus problemas de la mejor manera, es cierto que hay una serie de errores que comenten una gran mayoría al enfrentarse a una separación, y en todas ellas los niños son los que más perjudicados salen.
Es importante hablar con los niños de la situación que va a producirse próximamente. Dejar que ellos se expresen es fundamental y, sobre todo, respetar sus momentos de dolor y duelo. Explicarles los cambios adaptándose a su edad es necesario y muy beneficioso para los pequeños.
Uno de los errores más frecuentes es el de hablar mal de la expareja al niño. Hacer que el pequeño dude del amor que le profesa su madre o su padre es de las cosas más lamentables que podemos inculcarles. Y lo peor de todo es que se hace para ganar terreno en el tema afectivo con respecto al hijo. Lo único que le va a crear es angustia y ansiedad.
Otro de esos errores es el de cuestionar las decisiones de la expareja. Si algo no nos parece bien hay que hablarlo entre adultos y sin que el niño esté presente. No es razonable hacerlo a través del pequeño ya que le crea inseguridad.
De igual modo se utiliza al peque para obtener información de la expareja. La curiosidad de uno de los cónyuges sobre el otro a veces es tan grande que se utiliza al hijo como vehículo de información. Los psicólogos aconsejan que incluso cuando el niño lo cuenta por propia voluntad, hay que restarle importancia o decirle que no se debe hacer.
Para recompensar a los niños con la tristeza de la separación, los padres suelen colmarle con objetos materiales, de nuevo otra opción errónea para ganarse su cariño y llevárselo a su terreno. Esta actitud genera angustia en los pequeños, que nunca se conformarán e irán extorsionando a sus padres de forma afectiva haciendo que caigan en su juego.
Vía | Consumer
Foto | Entre mujeres
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