El empacho en los recién nacidos
Los bebés recién nacidos también pueden sufrir de empacho. Hoy hablaremos de este tema enfocándonos en niños recién nacidos hasta el primer mes de vida. Recordemos que el empacho en bebés se da cuando comen más de lo recomendado. Es un problema que puede preocupar a los padres, pero si intentan evitarlo las consecuencias pueden ser negativas.
Seguramente si le brindas a tu hijo la posibilidad tomar leche de manera ilimitada en algún momento dejará de hacerlo, la cantidad tomada nunca será la misma, dependerá de cada bebé y del apetito que tengan. Los bebés, lo mismo que todos los seres vivos, se van adaptando a las distintas condiciones y circunstancias, frente a la necesidad de alimentos los cambios también aparecen.
Son muchas las madres que consideran que la lactancia debe ser a demanda, o sea, que se le brinde al bebé la cantidad de alimento que pida, es un tema importante para hablar con los pediatras quienes nos dirán sus ventajas y desventajas. En ocasiones también se puede pensar que sería recomendable darle el pecho antes de que el pequeño lo pida.
Son muchas las madres que consideran que la lactancia debe ser a demanda.
El empacho se puede dar si un bebé come con mucha ansiedad, puede ser que se le esté ofreciendo menos cantidad de la que necesita o con una frecuencia incorrecta. Pensemos que no solo se debe alimentarlo cuando llora o cuando se despierta, lo ideal es mantener un cierto horario y, si es necesario, darle antes de que se inquiete.
Qué es el empacho
El empacho se provoca cuando nuestro bebé come de manera libre y no llega a controlar el momento de detenerse. Sabemos que su barriga tiene un espacio limitado, si bien es flexible la cantidad de puede soportar es limitada. Si su pequeño estómago o su intestino se llenan más de lo normal el pequeño se comenzará a sentir molesto. Es un dolor que aparece de repente y puede ser bastante intenso.
En ese momento el organismo del bebé reaccionara moviendo el intestino para poder vaciar el exceso de contenido, veos que el niño se mueve dando pujos o apretones, intentando ejercer presión para que su cuerpo pueda hacer el trabajo de la mejor forma posible. Si no lo consigue el dolor será más intenso.
Frente al empacho no podemos hacer nada, ni siquiera debemos dejarlo con hambre. Si por tener miedo al empacho no le damos alimento estaremos provocando que cuando comience a comer lo haga con ansiedad, al hacerlo tragará gases y estos gases provocarán aún más molestias.
Naturalmente cuando un niño está empachado en la siguiente toma comerá menos, así lo hará por varias tomas hasta que vuelva a la normalidad
Darle menos alimento no evitará el empacho. Así aprenderá a que la comida es algo escaso y cuando consiga obtenerla se volverá más ansioso. Todos sabemos que el hambre no es algo a lo que se puede acostumbrar, uno puede aguantarse un poco pero cuando se pueda saciar se comerá sin medir demasiado las cantidades.
Vía | Mi pediatra online
Foto | Pixabay – Jakobking85
Comentarios cerrados