Elige bien el hotel si vas con un bebé en vacaciones
Disfrutar del tiempo de ocio con nuestro bebé es una de las mejores experiencias que podemos ofrecernos y ofrecerle a nuestro hijo. Conseguir que se encuentren cómodos, divertidos y llenos de ternura es uno de esos nutrientes más que, aunque invisibles, consiguen hacerle crecer con una salud intacta, con las emociones bien abrillantadas y con el corazón pletórico de armonía y paz interior.
Cualquier destino es bueno para llevar a nuestro pequeñín, siempre que no implique riesgo o aventuras peligrosas, y siempre que cumplamos las normativas sanitarias que se exigen en cada zona o en cada país. Pero si estamos pensando en salir de vacaciones relajadas para disfrutar de la compañía y de las buenas temperaturas, lo mejor que podemos hacer, por el bien nuestro y el de nuestro niño, es asegurarnos de que el hotel o el hospedaje en el que vamos a descansar, está bien adecuado para los más pequeños. Unas vacaciones incómodas para los niños pueden convertirse en un auténtico infierno.
Hace algunos años que se pusieron de moda los hoteles sin niños, es decir, aquellos que no son muy amigables con las personitas revoltosas que nos salpican en la piscina o corretean por el jardín. Pero de igual modo, y para gozo de los que sí tenemos pequeñuelos en casa, se crearon otro tipo de hoteles y alojamientos en los que su público principal son las familias. Ahí es donde más nos conviene fijarnos a la hora de elegir nuestro hotel. Pero ¿por qué?
En la mayoría de hoteles, salvo los que ya tienen su indicación para ello, aceptan niños, pero no están adaptados para que su estancia resulte de lo más especial. Salas de juego, actividades con monitores, atracciones, toboganes, columpios e, incluso, servicio de canguro, son algunos de esos detalles que distinguen unos establecimientos de otros.
También es importante, si viajamos con un niño muy pequeño, que nos ofrezca mobiliario auxiliar como cuna, trona o cochecitos de paseo para esa excursiones que surgen a lo largo de las vacaciones.
Otro tema importante, sobre todo si viajamos a pensión completa o media pensión, es que el restaurante del hotel ofrezca menús para los niños, incluso si ya comen de todo. Para los más pequeños, microondas o un servicio especial para poder calentar sus potitos, purés o biberones.
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