El valor educativo del espacio de aprendizaje en casa y escuela
Muchas de las decisiones y medidas que toman las familias en la etapa en la que los niños tienen de 0 a 3 años se alinean con un objetivo claro: impulsar el aprendizaje y la evolución del peque.
El rol del adulto es muy positivo en casa y en la escuela desde la perspectiva del acompañamiento y la supervisión. Sin embargo, las pedagogías alternativas que experimentan tanta proyección en el contexto educativo actual, se diferencian en una cuestión relevante: la importancia del ambiente como medio que es significativo en sí mismo.
Es decir, la decoración, la organización y la disposición del espacio de aprendizaje destacan por su potencial educativo. Así sucede cuando el ambiente fomenta la interacción con un escenario creativo, alimenta la autonomía en el niño y favorece el desarrollo de habilidades.
Es importante que el ambiente eduque
La importancia del ambiente queda de manifiesto en las escuelas que siguen los principios de la pedagogía Reggio Emilia. En este contexto, el propio entorno educativo es analizado como un tercer maestro que crea el marco perfecto para el descubrimiento y la experimentación.
El espacio no sustituye a la labor del maestro o de los padres que realizan un acompañamiento consciente. Sin embargo, el propio entorno, cuando es considerado como un tercer maestro, se convierte en un punto de apoyo para el peque y el adulto.
Factores esenciales en un ambiente que forma y educa a los niños
El ambiente tiene un importante valor educativo en casa y en la escuela. Y existen varios factores que influyen positivamente en un espacio infantil. En primer lugar, el orden y la organización. Es decir, la ausencia de ruido visual favorece el desarrollo de la atención, la observación y la concentración.
Por otra parte, la belleza estética es otro de los factores que destaca en el diseño de espacios infantiles con encanto. Además, el entorno incluye una amplia variedad de materiales que los niños pueden manipular y con los que tienen la posibilidad de experimentar diferentes sensaciones. Hay otro ingrediente clave: la luz.
Hay que tener en cuenta que la preparación y el diseño del ambiente influyen en el modo en el que el niño se relaciona con el entorno. El entorno educativo no se reduce a su dimensión visual: agrupa una gran variedad de sensaciones como los aromas, los sonidos y las texturas. Y también es importante poner el acento en el vínculo que el niño establece con el lugar (y las personas que participan en él). Un ambiente preparado y diseñado para niños de 0 a 3 años fomenta el bienestar, la seguridad emocional, la alegría, la curiosidad y la creatividad.
El espacio de aprendizaje tiene tanta importancia en sí mismo que, por ello, influye en la elección de una escuela infantil. Pero es un aspecto que también se percibe en otros espacios para niños como las bibliotecas y los parques al aire libre. Una perspectiva que también resulta clave en el diseño de una zona de juegos en casa.
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