La educación en las guarderías, ¿hasta donde la pretenden los padres?

La educación en las guarderías, ¿hasta donde la pretenden los padres?

Escrito por: Jaime Gomez    19 septiembre 2012    2 minutos

Se consideran a las guarderías importantes para el desarrollo del niño, tanto a nivel social como personal. Sin embargo, hay que padres que pretenden que la guardería aporte a los niños lo que en realidad debe salir de ellos.

Cuando los padres confían en la profesionalidad de las personas que trabajan en las guarderías o centros infantiles, no suelen equivocarse (salvo casos que han salido a la luz y que son inconcebibles). Sin embargo, hay ocasiones en las que las pretensiones de los padres puede que no se adapten a la realidad.

Las guarderías son importantes para el desarrollo social, educativo y personal del niño. Es necesario que se relacione con otros niños de su edad para ir explotando sus maneras de actuar ante ellos. A nivel educativo, el aprendizaje tiene sus pasos pero no deben de ser sobrepasados y tienen que ser respetados por los padres.

No se puede pedir a los profesionales de las guarderías que eduquen al niño, sustituyendo lo que debe percibir en casa. No es su misión. La guardería es un primer paso para lo que encontrará el niño en el futuro a nivel docente. Pero hay ciertos matices de la educación que deben desarrollarse en casa.

No se puede pretender que enseñen al niño a comer o a ir al baño, sin que haya aportación por parte de los padres. Cierto es que en esta primera época educativa lo aprenden, pero deben ser los padres los que cimenten ese camino de cara al futuro. No se puede responsabilizar a la guardería de que el niño se haga pipí encima, que no coma o que no se comporte correctamente.

El comportamiento del niño parte desde su casa y se intenta afianzar en la guardería. Poco pueden hacer los profesionales en ese sentido si los padres después no dan el ejemplo a seguir. Si queremos que nuestro pequeño abandone los pañales, no podemos dejarlo todo en manos de la guardería, para luego, en casa, no seguir las directrices que allí nos han dado.

No se puede pretender que el niño adquiera buenos modales si en casa no los percibe. Depositar esa responsabilidad en la guardería es un craso error. ¿Qué pasará después, en el colegio? ¿Vamos a responsabilizar a los profesores, con más alumnos de los que estar pendientes y con otra dinámica de trabajo?

A cada lugar hay que exigirle lo que puede dar. La guardería, el centro infantil, el colegio. Pero también el hogar tiene que hacer su aportación. Y es muy grande e importante. Quizás la que más. No pretendamos atribuir a los demás lo que es nuestra obligación.

Foto | sxc-davidveloz

Reportajes


Comentarios cerrados