Duelo infantil: ritos de despedida tras la muerte de un ser querido

La muerte de un ser querido produce un impacto profundo por aquello que significa y, también, por el vacío que deja su ausencia. En ocasiones, la muerte irrumpe de forma repentina. En otros casos, se materializa después de un largo proceso de enfermedad. Sin embargo, asimilar el adiós requiere de un periodo de aceptación que es profundo a nivel interno.

El camino puede ser muy complejo para el ser humano que, en la sociedad actual, tiende a vivir de espalda a aquello que es inevitable de acuerdo a la naturaleza: la muerte. Y, desde la propia sensación de vulnerabilidad, algunos padres y madres suelen sobreproteger a sus hijos ante el duelo.

Es importante que los niños estén acompañados en su proceso de duelo

Es aconsejable que los niños sean partícipes de aquello que ocurre a su alrededor de forma acorde a su etapa vital, edad y perspectiva. Y los ritos de despedida tienen un importante significado desde el punto de vista simbólico como forma de homenaje y recuerdo a la persona fallecida. Existen algunos actos que están muy integrados en la cultura social como, por ejemplo, acompañar a la familia en el tanatorio o en el funeral. La decisión de que los niños estén presentes en esos duros momentos depende, principalmente, de los padres.

Sin embargo, conviene señalar que hay otros ritos de despedida que cada familia puede utilizar para decir adiós o integrar el recuerdo del ser querido. Por ejemplo, es posible escribir una carta, revisar el álbum de fotos para compartir anécdotas y vivencias, visitar algún lugar que fue relevante en la vida de esa persona, decorar un rincón de la casa con un ramo de flores…

No es fácil decir adiós ni afrontar la tristeza que produce la ausencia de una persona querida. Sin embargo, los ritos de despedida se convierten en un anclaje para poner en perspectiva el regalo del tiempo vivido junto a esa persona y, por otra parte, son esenciales para integrar lo ocurrido en el camino que queda por delante.

Los rituales de despedida ponen palabras y se convierten en un símbolo

Muchos padres y madres tienen dudas en torno a la conveniencia de que los niños visiten el tanatorio o participen en el funeral. Temen que sus hijos puedan quedan impactados ante las escenas que suelen vivirse en ese lugar. Sin embargo, también es posible ajustar la presencia, dosificarla y contextualizarla. O, simplemente, es posible encontrar otros rituales de despedida que pueden llevarse a cabo en familia. Por ejemplo, algunas personas deciden leer un breve texto a modo de homenaje en el funeral. Es un ejercicio que también puede llevarse a cabo en el propio hogar a través de la lectura de un texto sencillo o de un cuento que transmite un mensaje esperanzador.

Los ritos son terapéuticos porque ayudan a poner palabras a un hecho que puede ser complejo a nivel emocional. Los rituales fomentan el vínculo emocional con el ser querido fallecido. Pero también fortalecen los lazos con la familia y los amigos que se reúnen en torno a ese momento.

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