Dolores de espalda en el embarazo (Parte II)

Si leíste al artículo anterior sobre el tema y estás buscando más información no debes perderte lo que compartiremos a continuación. Ten en cuenta que existen muchos tratamientos, como terapia de masajes y otras opciones más innovadoras, que ayudarán a que los dolores desaparezcan o se alivien notablemente.

En muchos casos los dolores de espalda se generan como consecuencia de que el útero se encuentra en crecimiento y por los cambios hormonales que está teniendo la mujer. Al tener un útero en expansión se cambiará el centro de gravedad y los músculos del abdomen podrán estar debilitados, lo que provoca que la postura vaya (lentamente) cambiando u a espalda sufrirá una mayor presión El útero, por otro lado, podrá ejercer presión sobre algún nervio y esto podría generar el dolor de espalda.

Tampoco debemos olvidar el peso extra, lo que provoca más trabajo de los músculos y mayor estrés en las articulaciones, por esa razón los dolores de espalda empeorarán al finalizar el día.

En muchos casos los dolores de espalda se generan como consecuencia de que el útero se encuentra en crecimiento y por los cambios hormonales que está teniendo la mujer.

Los cambios hormonales que se tienen en el embarazo generan que las articulaciones se distiendan y los ligamentos que se encargan de conectar los huesos pélvicos a la columna vertebral también se verán afectados. Esto provocará que la mujer embarazada se sienta menos estable y sufra de molestias al realizar ciertas acciones como estar sentada o de pie por largos períodos de tiempo, cuando gira en la cama, al levantarse de algún sillón o silla baja, al agacharse o al levantar objetos.

Se estima que más del 65 por ciento de las mujeres que están embarazadas pueden tener dolor de espalda, especialmente en la región posterior de la pelvis o en la zona lumbar. Los dolores son más frecuentes en los primeros meses de gestación y al final de la misma.

Dolor pélvico posterior

Este dolor es el que se siente en la parte de atrás de la pelvis. Es uno de los más frecuentes que se tiene en la gestación, si bien es cierto que muchas mujeres también pueden sentir dolores en la columna lumbar.

En el caso del dolor pélvico posterior se puede sentir en la parte interior de las nalgas, en una de ellas o en las dos, o también se puede generar en la parte trasera de los muslos. Puede aparecer después de caminar, subir o bajar escaleras, entrar o salir de la tina, girar el cuerpo, levantar objetos pesados.

Es muy importante ver la manera en que se flexiona las caderas en el momento de sentarse o cuando hay que inclinarse hacia adelante en el momento de trabajar sentada en el escritorio, dependiendo de la posición que se tome podría empeorar el dolor pélvico posterior.

En un próximo artículo continuaremos hablando de estos dolores que pueden perjudicar a las mujeres embarazadas y a sus actividades cotidianas

Vía | Clínica Las Condes
Foto | Pixabay – Pexels

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