Divorcio: cómo gestionar gastos extraordinarios de los hijos

La búsqueda del bien común en un proceso de divorcio no solo debe contemplar la parte emocional y afectiva. El plano económico, cuando se gestiona de manera positiva entre las partes, influye de forma directa en el bienestar de los adultos y de los hijos. Sin embargo, también pueden producirse diferencias de criterio en torno a los gastos extraordinarios. Especialmente, cuando ambos progenitores no están de acuerdo en que un bien específico sea esencial para el niño.

Qué son los gastos extraordinarios relacionados con el cuidado y bienestar de los menores

Conviene clarificar qué tipo de gastos se agrupa en este concepto. Como puede deducirse por su propio nombre, estos se diferencian de aquellas cantidades que son ordinarias. Es decir, los gastos ordinarios son aquellos que están perfectamente integrados en la rutina. Hacen referencia a cantidades fijas y habituales.

De este modo, se incluyen en la contabilidad mensual desde la planificación y la anticipación. Hacen referencia a aquellos gastos básicos que resultan fundamentales para el niño. Sin embargo, es probable que en algún momento surjan gastos de otro tipo que no están incluidos en esta tipología y que, por tanto, se gestionan de otro modo.

Los progenitores son conscientes de que los gastos extraordinarios son inevitables. Sin embargo, se presentan en el momento más inesperado. Es decir, son imprevisibles. Los gastos médicos se integran en este grupo. Existen otras atenciones que, aunque no sean urgentes o estrictamente necesarias, sí se perciben como convenientes y adecuadas para el niño. Así ocurre en el caso de las actividades extraescolares que complementan y enriquecen la formación académica del alumno.

Habitualmente, se tratan como gastos extraordinarios, pero eso no significa que siempre se integren en este grupo (depende de los acuerdos y condiciones alcanzadas tras el divorcio). Por ello, conviene concretar que los gastos extraordinarios son aquellos que no han sido contemplados e integrados en la correspondiente pensión de alimentos.

A su vez, existe una diferencia entre los gastos extraordinarios esenciales y aquellos que únicamente se presentan como convenientes (pero que no resultan fundamentales). Los primeros tienen un carácter urgente, es decir, no pueden posponerse o aplazarse. Los gastos relacionados con el cuidado de la salud visual son un ejemplo de ello. Pues bien, en ocasiones surgen diferencias de criterio en los progenitores en torno a la necesidad de aquellas atenciones que, aunque son positivas en sí mismas, no son imprescindibles para el desarrollo del menor.

Cómo se gestionan los gastos extraordinarios de los hijos después del divorcio

Previamente, hemos realizado una diferenciación entre los pagos extraordinarios y aquellos que se presentan como ordinarios después de un divorcio. ¿Y cómo se gestionan dichas cantidades después de una separación?

Si existe un desacuerdo entre las partes, el tema puede clarificarse a través de la vía judicial. Generalmente, la suma se afronta a partes iguales. Pero es una medida que puede variar en función de las propias circunstancias económicas de cada una de las partes o del acuerdo alcanzado por ambos. En cualquier caso, conviene recordar que los gastos extraordinarios están presentes en las diferentes etapas del proceso de crecimiento de los hijos.

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