Y Disney sigue siendo el rey
Los años pasan y, como le sucede a los buenos vinos, algunos dibujos animados se mantienen eternos hasta el infinito y más allá. Disney es el caso más flagrante al respecto. No es que se desmerezcan los dibujos actuales. Pocoyo tiene su mensaje, al igual que las amistades submarinas de Bob Esponja o los recorridos en los que se aprenden palabras con Dora la Exploradora. Pero nadie ha dejado tanta huella como las animaciones de Disney.
Cuando te plantas delante de un grupo de duendecillos a los que les preguntas «¿qué ponemos ahora?», después de varios análisis realizados la palabra que más se escucha es ¡MICKEY! ¡MICKEY! No falla. Es una apuesta segura.
Sin duda, lo que ha hecho perdurar a estos entrañables personajes en el corazón de todos los niños (y no sólo de los de 2 o 3 años) es su humildad y su ternura. La sensibilidad que transmiten en sus palabras y en sus gestos hace que cada uno tenga en su mente una imagen de una película de Disney. Seguro que a las actuales generaciones de 2 o 3 años les preguntas dentro de 20 y se acuerdan de algún detalle de ellos.
Si tuviéramos que establecer un ranking mediante sondeo con los niños de guarderías o ludotecas, los dibujos del momento salen a la luz. Pero siempre queda un hueco para un Mickey Mouse, un Pato Donald o un Woody.
Nadie se acuerda casi de lo que hacía o decía con esa edad, pero todos tenemos alguna secuencia grabada de las películas de Disney que nos hacen recordar que una vez fuimos, de verdad, niños de 3 años.
Foto | flickr-huge cool
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