Disney devolverá el dinero de los DVD de Baby Einstein, en EEUU

La compañía estaodunidense Disney, dedidcada al entretenimiento infantil, ha anunciado que devolverá el importe de los DVD de Baby Einstein a aquellos padres que compraron estos vídeos bajo la promesa, por parte de la entidad, de que sus hijos íban a convertirse en auténticos genios.

Resulta que ante el aluvión de demandas que podrían caerle a Disney por publicidad engañosa, ha decidido devolver el dinero a los compradores, eso sí, sólo en Estados Unidos. Y es que aunque esos videos gustan mucho al público más joven, no hay una evidencia científica de que estimule realmente el cerebro como se puede leer en muchos de los anuncios (como el de la imagen de arriba), ni provoca un espectacular desarrollo intelectual.

Estos han sido los argumentos de la organización estadounidense Campaña por una Infancia Libre del Comercio (CCFC, en sus siglas en inglés), dedicada a limitar el impacto de la cultura comercial en los niños. Esta entidad lleva luchando contra la publicidad de los audiovisuales de Baby Einstein desde el año 2006 aduciendo que las promesas educacionales del producto carecían de solidez científica.

La decisión de Disney, además de circunscribirse a su ámbito nacional se hará efectiva para los DVD’s comprados a partir de 2004. Y la forma de la devolución se hará a través de dinero en metálico o mediante el cambio de los vídeos por otros materiales de la mista colección que lleva vendiéndose en todo el mundo desde 1997 por parte de su creadora, y desde 2001 por la de Disney.

Por su parte, los responsables de Baby Einstein han señalado que la decisión del reembolso obedece a una deferencia que quieren tener con los padres que han utilizado sus vídeos y los han valorado. «Queremos apostar por la confianza de nuestros clientes», aseguran. Es de justicia señalar que estos audiovisuales son record de ventas en todo el mundo y han recibido varios premios por parte de los consumidores valorando muy positivamente sus productos.

Otro de los vértices de este asunto apunta a que no es conveniente que niños de cero a tres años, el público objetivo de los audiovisuales, deba pasar tanto tiempo delante del televisor. Una vieja polémica que abre de nuevo sus puertas.

Vía | El País
Foto | Toma Música

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