Disfrazarse en Carnaval, algo más que un juego

Ya quedan pocos días para que llegue a los colegios la fiesta de Carnaval, posiblemente ya le estés fabricando un bonito disfraz para que tu pequeño salga a disfrutar con sus compañeros de clase y sus amigos, de unos ratos llenos de diversión y alegría.

Imaginarse ser alguien o algo diferente a lo que eres, es muy divertido pero, según los expertos, también puede aportarle muchos beneficios para su desarrollo emocional y social.

El más importante es, sin duda, la creatividad. A través de fingir ser otra persona, conseguimos captar emociones y sentimientos en los que, posiblemente, no hubiéramos recapacitado. A partir de estudiar su forma de ser, sus comportamientos, también llegamos a indagar sobre nuestra propia forma de ser.

Son muchos los psicólogos que utilizan el disfraz en la terapia con los niños para liberarlos de tensiones y barreras. De este modo traspasan su propio papel para ponerse en el lugar del otro. Es lo que llaman el pensamiento simbólico.

Pero también la elección de su disfraz tiene un significado importante. A través de él, el niño va a expresar sus deseos, frustraciones o carencias, por eso puede resultar un libro abierto en el que poder averiguar mucho sobre su interior.

Si un niño está enfermo, por ejemplo, elegirá un disfraz de héroe, de este modo querrá salvar al mundo, incluido a él mismo. En cambio esta misma elección, en otros niños, puede tener significados diferentes: admiración por los buenos, sentimiento de líder o pura apetencia por el color del traje.

Lo que sí lleva a profundizar más es cuando elige siempre el mismo tipo de personajes. Escoger a villanos o violentos, puede darnos a entender que hay en su interior mucha ira que no expresa o elegir a líderes es un deseo de llamar la atención y que todo el mundo siga sus órdenes.

Vía | Ser Padres
Foto | Doral

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