Dictados musicales para niños: principales características
Aprender música es una experiencia que aporta un nuevo lenguaje. Un lenguaje artístico que queda representado en una partitura. El dictado en lengua y literatura es un ejercicio práctico de escritura para aprender nuevas palabras, evitar faltas de ortografía o completar las frases con la puntuación adecuada. Pues bien, la esencia del dictado también se traslada al contexto del lenguaje musical. En ese caso, el profesor interpreta una melodía con un instrumento concreto, generalmente, el piano.
Repite el proceso en varias ocasiones para que los alumnos tengan la posibilidad de repasar las notas que han anotado en el pentagrama. La secuencia no solo pone el acento en la melodía, sino también en el ritmo. Cada figura musical tiene una duración específica. El niño traslada al papel la composición que ha interpretado el profesor. Es decir, esta sirve de guía en el ejercicio.
Cómo se desarrolla un dictado musical
El alumno, desde su posición, intenta captar los matices que dan forma a una melodía sencilla y que, sin embargo, supone una complejidad añadida. Es el alumno quien debe identificar el nombre de cada nota a partir del sonido.
Por ello, es un ejercicio que requiere de atención y concentración. Sin embargo, así como la lectura de libros infantiles potencia la comprensión lectora, el dictado musical es un ejercicio práctico por medio del que el alumno se familiariza con la belleza de los sonidos. Los dictados alimentan la interacción con el universo de la música desde el punto de vista práctico. Es decir, son esenciales para que el alumno aplique los conocimientos que ha adquirido a nivel teórico. El miedo al error puede estar presente en la realización de los primeros dictados. Sin embargo, los fallos forman parte del aprendizaje.
De hecho, es habitual que el niño realice diferentes cambios y revisiones antes de finalizar el ejercicio definitivamente. Como hemos comentado, el profesor interpreta la melodía en varias ocasiones con el piano. De este modo, el alumno se familiariza con dicha composición y capta matices nuevos conforme se adentra en su ritmo y melodía. Los primeros dictados son muy sencillos. De este modo, los ejercicios adquieren un mayor grado de dificultad de forma gradual.
Tipos de dictados musicales para niños
Durante el periodo de estudio, el alumno adquiere nuevas nociones teóricas que se integran desde un punto de vista práctico en dictados más elaborados. Además, existen distintos formatos. Aquellos que tienen un componente rítmico hacen referencia a la duración de las figuras musicales que dan forma a una composición. El dictado melódico, por su parte, se centra en los sonidos. Otros dictados unifican ambas perspectivas: el ritmo y la melodía.
El dictado, aplicado en este contexto, es un ejercicio de escritura musical que refuerza la educación auditiva.
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