Diario de aprendizaje: ¿Qué es y qué beneficios ofrece?

El formado de un diario ofrece un hilo conductor para dar una estructura ordenada a un contenido que está vinculado al paso del tiempo. Generalmente, el concepto de “diario” se utiliza para hacer referencia a las reflexiones que una persona escribe de forma autobiográfica sobre el papel o en un soporte digital.

Sin embargo, esta herramienta pedagógica puede poner el acento en un objetivo principal: el aprendizaje. De este modo, el diario es un recurso que se utiliza en la escuela como método de evaluación y de autoevaluación.

Como indica el propio término, es un registro de información que, de forma esquemática, permite profundizar en las tareas desarrolladas, en las dificultades experimentadas durante el proceso, en las actividades preferidas y en otras cuestiones que forman parte del descubrimiento desde una perspectiva integral. La constancia en la redacción de un diario de aprendizaje aporta un libro que ofrece un viaje en el tiempo. Un itinerario a través del que es posible observar la evolución y el progreso experimentado por el alumno.

Una herramienta de observación práctica para el estudiante y el docente

Una clase está integrada por un grupo de alumnos que se encuentran en el mismo nivel educativo. Sin embargo, los matices de cada proceso de aprendizaje son concretos. Y el diario así lo pone de manifiesto. Los alumnos tienen la posibilidad de anotar dudas, dificultades y vivencias personales. Pero, además, el alumno tiene la oportunidad de adentrarse en su propio proceso de aprendizaje y en su rutina de estudio. El registro de la información es clave para observar con mayor objetividad un contenido que permite evaluar fortalezas y debilidades.

Esta herramienta tiene la estructura de un diario. Por ello, cada aportación debe enmarcarse en una fecha concreta y dentro de una asignatura específica. La materia y el día aportan un contexto que clarifica la lectura del texto cuando han pasado varios días. Son datos que dan un orden y un hilo conductor a la escritura. Generalmente, el diario tiene una estructura predeterminada que ha sido elaborada por el profesor. De este modo, los alumnos aportan la información correspondiente en cada uno de los apartados que forman parte de la evaluación.

El diario de aprendizaje refuerza la introspección personal

El diario va más allá de la enumeración objetiva de actividades llevadas a cabo en una asignatura. El enfoque desde el que parte la escritura es vivencial e individual. Por ello, el proceso de escritura alimenta la introspección. Además, aporta retroalimentación al docente. Existen distintas herramientas de aprendizaje. La elección de cada recurso está en relación con el objetivo a alcanzar.

Y el diario pone el acento en la metacognición. Un término que, a su vez, remite a la reflexión y el análisis del propio conocimiento. El contenido es clave para identificar áreas de mejora en la forma de aprender. Finalmente, el cuaderno está organizado en una secuencia temporal que pone de manifiesto el aprendizaje de habilidades, competencias y destrezas. El diario no solo se enriquece con la escritura, sino también con otras fuentes de información visual como el dibujo o la fotografía.

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