Diabetes infantil

Diabetes infantil

Escrito por: Belén    9 mayo 2009    2 minutos

La diabetes es la segunda enfernedad crónica más común en los niños. Hace años era una enfermedad poco frecuente en la infancia, pero el aumento de la obesidad infantil, asociada a una vida sedentaria y malos hábitos alimenticios, han hecho crecer los casos entre los niños. La diabetes es un desorden del metabolismo, por el cual el nivel de azúcar en sangre (glucemia) es elevado. Este aumento se debe a un fallo en la producción, la acción o ambos de insulina. Si los niveles de glucosa no se controlan adecuadamente, a largo plazo puede provocar alteraciones en varios órganos del cuerpo.

Si el páncreas no produce insulina o lo hace en bajas cantidades, hablamos de diabetes tipo I. Cuando las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce, se trata de diabetes tipo II. El tipo I es insulino-dependiente, es decir que el paciente necesitará inyectarse insulina para vivir. Es el tipo más frecuente en niños y adolescentes y se calcula que en España el 95 por ciento de los niños diabéticos lo son de tipo I.

La diabetes se produce por el fallo del páncreas, pero no se sabe con exactitud porque falla este órgano. Algunos de los factores que predisponen a sufrir la enfermedad son:

  • Genético. Predisposición a heredar la enfermedad. Aumenta si el niño tiene un progenitor o un hermano diabético.
  • Ambiental. Hay infecciones víricas que pueden dañar el páncreas.
  • Autoinmune. Es el propio organismo el que daña el páncreas.
  • Obesidad
  • Antecedentes de diabetes gestacional
  • Vida sedentaria

La diabetes suele aparecer en un corto periodo de tiempo, de manera súbita, entre las primeras semanas de vida y los 30 años. Es más común en los niños de 5 a 7 años y durante la pubertad. Los síntomas típicos de la enfermedad son:

  • Poliuria. Necesidad de orinar frecuentemente.
  • Polidipsia. Necesidad de beber mucho líquido, incluso de noche.
  • Polifagia. Necesidad de comer más de lo habitual.
  • Pérdida de peso. A pesar de haber aumentado la cantidad de comida, el pequeño pierde peso.
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Visión borrosa.

La diabetes debe diagnosticarla y confirmarla un médico mediante un análisis de glucosa en sangre y orina. Una vez diagnosticada, es importante comenzar inmediatamente el tratamiento con insulina. Aunque se está estudiando, por ahora no hay una cura para la diabetes. El paciente puede llevar una vida normal poniéndose la insulina que necesita y regulando la dieta y el ejercicio.

Vía | Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica
Más información | Fundación para la diabetes

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