Día del Padre: 5 beneficios de las experiencias compartidas
La elección de un regalo se convierte en una rutina habitual en los días previos al Día del Padre. Sin embargo, los regalos que dejan una huella que perdura en el tiempo son aquellos que adquieren la forma de una experiencia compartida. De este modo, los distintos miembros de la familia participan de un momento especial y hacen que sea posible. El ritmo de vida moderno puede dificultar el objetivo de encontrar más tiempo de calidad para disfrutar en común. Por ello, fechas como el Día del Padre y otros momentos del calendario se convierten en la ocasión ideal para priorizar las experiencias compartidas.
¿Cuáles son los beneficios que producen aquellas experiencias que se celebran como un regalo del presente? En El Blog Infantil compartimos varios puntos positivos.
1. Poner en valor la compañía
Hay muchos detalles que pueden resultar secundarios durante el Día del Padre, sin embargo, la compañía es el bien más importante. Una compañía que es sinónimo de encuentro, comunicación y expresión de emociones. Los momentos compartidos poseen un significado que enriquece el bien común, pero además propician el desarrollo individual. Cada uno los vive desde su propia situación personal.
2. Fortalecer la confianza entre padres e hijos
La confianza es uno de los ingredientes esenciales en los distintos vínculos afectivos. Pero es un elemento que debe nutrirse de forma consciente. Las experiencias compartidas se materializan en acciones que fortalecen la base de la familia. Y, en consecuencia, son una semilla para crear confinaza para hablar de distintos temas.
3. Una oportunidad para la colaboración
Que un momento sea especial depende, en gran medida, de la implicación de sus protagonistas. Una experiencia adquiere forma a partir de la disposición y la colaboración de todos para llevar a cabo un plan que previamente se ha visualizado. Pueden surgir imprevistos y obstáculos, sin embargo, se superan a través del trabajo en equipo. Las experiencias compartidas no se reducen, únicamente, a planes perfectamente organizados, sino que transcurren en la rutina del 19 de marzo.
4. Bienestar emocional
Una experiencia compartida no es un regalo que tiene un valor material. Su significado es afectivo y emocional. De hecho, su huella perdura a través del recuerdo. Son momentos que producen un efecto protector frente a distintos factores de la vida moderna como, por ejemplo, el estrés, la prisa o la incertidumbre. De hecho, son un medio de resiliencia y un alimento de la autoestima. Esos instantes se convierten en un refugio personal que no remite a un lugar, sino a la compañía.
5. Aprender en familia a través de la experiencia
Existen distintos tipos de aprendizaje que dejan una memoria especial en adultos y niños. Aquellos descubrimientos que están basados en la propia experiencia se recuerdan con una mayor nitidez ya que, además, tienen un componente emocional. Las experiencias compartidas durante el Día del Padre se convierten en el hilo conductor de una jornada que propicia la conexión con valores y enseñanzas de alto contenido humano.
Por tanto, la celebración de un Día del Padre, que adquiere un enfoque consciente, está muy vinculada con el ámbito de la vivencia.
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