Día de la Madre: el tiempo es el regalo más especial y valioso
La promoción y el marketing en torno al Día de la Madre muestran una amplia selección de ideas de regalo para las mamás. A este respecto, hay un obsequio que adquiere una gran relevancia a nivel afectivo: el tiempo.
Un tiempo que siempre es limitado, aunque en el contexto actual, la sensación de escasez tiende a acentuarse todavía más. El tiempo se convierte en el mejor regalo porque, en ocasiones, se vive desde la carencia. Es probable que, si eres madre, eches de menos tener más momentos para ti, para compartir con tus amigas o para hacer planes especiales en familia.
Los pequeños momentos marcan la diferencia en el autocuidado
A veces, el tiempo se percibe como ese elemento externo que llega a desbordar al ser humano a través de la prisa, la urgencia o la dificultad para cumplir todos los objetivos. Una complejidad que se intensifica con la conciliación, y las dificultades para alcanzar esa armonía entre la vida profesional y familiar, después de tener hijos.
El tiempo se convierte en el regalo más especial no solo cuando se percibe como abundante para lograr una meta determinada. En ocasiones, son esos pequeños momentos los que marcan la diferencia en el autocuidado diario. Y es recomendable que tú misma te impliques en la conquista de tu espacio personal para disfrutar de pequeños instantes que aportan bienestar a tu día a día.
Unos minutos de lectura, un rato de descanso, una conversación con amigas, una sesión de belleza en la peluquería… Hay muchos pequeños momentos que se aplazan y se posponen por ponerlos en un segundo plano en relación con aquello que se considera más importante: el cuidado del bebé. Sin embargo, su cuidado es compatible con tu autocuidado (no solo es compatible sino que tu bienestar es una base esencial).
El tiempo es un bien que se encuentra cuando se busca de forma consciente
La gestión del tiempo también tiene una dimensión emocional. Detrás de las renuncias personales que muchas madres asumen en su día a día hay un ingrediente clave: el sentimiento de culpa que irrumpe con tanta frecuencia en momentos en los que una persona puede llegar a sentirse egoísta por pensar en sí misma cuando, en realidad, hacerlo implicar adoptar hábitos y rutinas de autocuidado. El tiempo es el regalo más valioso en el Día de la Madre y en la rutina cotidiana. No puede envolverse en un envoltorio bonito pero hace posible otras experiencias inolvidables.
Esos pequeños momentos enriquecen la existencia porque te permiten explorar otras facetas que van más allá de la maternidad. Se convierten en una herramienta clave para descansar a nivel emocional, crear nuevas ilusiones en el proyecto de vida o hacer cambios que repercutan de manera positiva en toda la familia. Cuando tú estás bien, tu bienestar también incide en tu entorno más cercano. Por el contrario, la suma de múltiples renuncias puede derivar en el cansancio y el agotamiento.
La gratitud que despierta un regalo tiende a ser más intensa cuando ese bien procede de alguien externo. Te invitamos a ampliar la perspectiva para dedicarte pequeños instantes que puedes planificar de forma proactiva.
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