Descubriendo un nuevo mundo

Descubriendo un nuevo mundo

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    24 octubre 2009    2 minutos

Es muy normal que nos asustemos cuando vemos que agarro algún control remoto…. Esto significa que el destino de este aparato es realmente inesperado, pueda pasar cualquier cosa con él. Sus dedos no se privaran de tocar todos y cada uno de sus botones, desprogramando, sin darse cuenta el aire acondicionado, o cambiando de canal, o subiendo al tope el volumen del equipo de audio y más aun con el teléfono móvil.

Obviamente, nuestro hijo no busca hacernos poner nerviosa, sino esta investigando de que se trata este nuevo objeto que encontró en el apoyabrazos del sofá. Dejémosle que explore, al fin y al cabo en poco tiempo lo dejara ya que este aparato que en un primer momento le apareció tan mágico, no hace nada del otro mundo.


Pero su instinto curioso buscará una nueva ‘victima’. Enseguida encontrará otro objeto y volverá a tocarlo, chuparlo o morderlo, hasta que se de cuenta para que sirve y lo tire al piso y busque otro objeto más. Para los niños esta etapa es apasionante, llena de descubrimiento y algún susto. Para los padres también es una etapa más que interesante: su bebé se ha convertido en un ser independiente y autónomo que se desplaza de un lado a otro y parlotea todo el tiempo (aunque no sepamos lo que nos quiere decir).

Para ser sinceras, esta época también es una etapa complicada, en la que debemos tener una dosis extra de paciencia. La difícil tarea que debemos llevar adelante es la de ayudar al pequeño para que pueda investigar, para que descubra y aprenda a conocer cómo funciona el mundo en el que vive y los objetos que se encuentran en él.

Pero debemos hacerlo sin coartar su independencia, poniéndole límites (muy importante e imprescindibles), vigilando a una distancia prudencial para que no se haga daño o levantando las mil veces que tire el objeto al piso.

A partir del año y hasta que cumplan los tres, los niños aprenden sin parar, pero para lograr su cometido necesita: que los dejemos hacer cosas nuevas, que intentemos entenderlos, cuando nos explican en su lengua o que quieren y, lo más importante, que estemos cerquita pero no encima, para ayudarlos y apoyarlos cuando nos necesites.

Fuente | Ahora Mamá

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