Descubre qué es la comunicación no violenta

La comunicación es inherente a la propia naturaleza humana. Por ello, el bebé está en contacto con el contexto social desde que nace. Los gestos que percibe en su entorno se convierten en un modelo de referencia para descubrir el mundo. Pues bien, la comunicación no violenta es aquella que enseña respeto, amabilidad, empatía, resolución de conflictos, conexión emocional, diálogo y cercanía. El psicólogo Marshall Rosenberg es uno de los profesionales que ha realizado importantes aportaciones sobre este tema.

La empatía (con uno mismo y con el otro) y la honestidad son algunos de los pilares del proceso de comunicación propuesto por el experto. Es un tipo de comunicación que está directamente vinculado con la asertividad. Los mensajes expuestos se realizan desde el yo. Es decir, el mensaje pronunciado no tiene la forma de un reproche o un ataque que se dirige al interlocutor. Por el contrario, es un contenido respetuoso que conecta con uno mismo.

El lenguaje de la paz educa y forma a los niños en valores positivos

En ocasiones, el proceso de comunicación parece muy complejo. Existen muchos matices que intervienen en la interacción. Por ello, puede ocurrir que lo que uno dice sea muy diferente de aquello que, finalmente, recibe el interlocutor. Por otra parte, el modo de decir una información imprime un significado añadido a las propias palabras. Como bien sabes, el sentido de una frase puede cambiar de forma significativa en función del tono adoptado. La comunicación no violenta, por tanto, adquiere una perspectiva integral. Es una propuesta amable y colaborativa.

En momentos felices, el diálogo parece fluir con total naturalidad entre padres e hijos. Sin embargo, en la vida cotidiana del hogar también existen otras situaciones que plantean diferentes desafíos. La comunicación no violenta, por ejemplo, es esencial para mantener normas y límites. Del mismo modo, es clave para responder de forma asertiva cuando la respuesta a una petición infantil es contraria a sus expectativas. Por tanto, la comunicación amable lleva el lenguaje de la paz a la rutina cotidiana del hogar. Y, en consecuencia, crea una atmósfera positiva en la convivencia.

Una comunicación que alimenta la autoestima personal

Muchas de las dificultades que se producen en la vida familiar están relacionadas con errores presentados en el plano de la comunicación. Por ejemplo, el lenguaje puede propiciar la manipulación, el ataque personal o el chantaje emocional. En esos casos, el interlocutor experimenta emociones desagradables e incómodas. Vive sensaciones que afectan negativamente a su nivel de bienestar. La comunicación no violenta, respaldada por la inteligencia emocional, promueve la aceptación, la comprensión y el respeto. El entendimiento gira en torno a las necesidades que surgen en el proceso. Es positivo que el emisor comprenda el punto de vista del interlocutor, pero sin ignorar su propia realidad interna.

La comunicación no violenta pone el acento en la importancia del propio vínculo afectivo. De este modo, nutre la conexión, el respeto, la cercanía y la confianza. Por otra parte, cada ser humano debe recordar que es responsable de sus acciones (y de las consecuencias generadas). La comunicación no violenta tiene ámbito de aplicación en cualquier campo de la realidad: en el trabajo, en la amistad, en un proceso de mediación, en la educación de los niños, en la relación de pareja y en la vida familiar.

El Blog Infantil #comunicacion #lazos