Descubre la razón para retrasar la hora de entrada al cole
Los horarios forman parte de la rutina de niños y adultos. Uno de los momentos que acompaña al inicio de un nuevo día es la entrada al colegio. A este respecto, conviene señalar que el Grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría ha explicado que retrasar media hora el inicio del colegio podría influir positivamente en los resultados académicos de los alumnos. Esta es una información que ha sido presentada en el I Congreso Digital.
Esta valoración está acompañada por datos. En concreto, uno de cada cinco alumnos en España tiene algún signo de somnolencia en el aula. Esta falta de descanso de calidad afecta de forma negativa no solo al rendimiento académico, sino también a la calidad de vida de los niños.
Uno de los hechos que ha ocurrido en este 2020 es que la rutina aprendida hasta el momento sufrió un punto de inflexión significativo con la llegada del mes de marzo. Y, como consecuencia de ello, durante este periodo temporal se ha producido una falta de armonía entre los marcadores externos y el ritmo interno.
Cómo influye la sensación de seguridad en el descanso
Existe un aspecto que crea un ambiente agradable para el descanso: la seguridad. Los cambios que han percibido los niños durante este periodo también influyen en la forma de vivir el instante de ir a dormir. El 14% de los niños tuvo pesadillas durante el confinamiento. El dato previo a este periodo era del 3%. También se redujo el número de niños que afirman que les gusta el momento de ir a la cama.
¿Cuál es el mejor horario para cada asignatura?
El tiempo es relevante en la rutina de los niños, pero al planificar la agenda no solo es importante definir qué hacer, sino también concretar cuándo es más conveniente llevar a cabo esa actividad.
A este respecto, el doctor Gonzalo Pin, coordinador del Grupo de Sueño y Cronobiología de la AEP, explica lo siguiente: “Históricamente hemos utilizado las horas centrales del día, es decir, las de luz más blanca, para desarrollar acciones con mayor carga de actividad, de modo que, a medida que se iba apangando la luz, nuestro cuerpo y mente se iba relajando predisponiendo nuestro organismo para el sueño”.
Este experto añade al respecto: “Hemos aprendido que, a primera hora de la mañana nuestra capacidad de aprendizaje es mínima y va en aumento progresivamente hasta las once de la mañana que comienza a decaer y vuelve a subir tras la comida”.
Por este motivo, concluye: “De este modo podemos saber que no es lo más sensato poner matemáticas a primera hora o enviar a los niños a hacer actividad física tras la comida que es cuando tienen más capacidad de aprendizaje”.
Comentarios cerrados