Descubre el temperamento, carácter y personalidad del bebé
Cada niño es completamente único, incluso cuando nace en el seno de una misma familia. Y uno de los factores que hace que una persona sea especial es el temperamento. Este modo de ser empieza a mostrarse desde el nacimiento y se desvela de forma gradual. Existen niños con un temperamento fácil que se adaptan muy bien a rutinas de horarios regulares. La alegría es habitual en ellos.
Existen dos conceptos que, en ocasiones, se utilizan como si fuesen sinónimos, sin embargo, presentan diferencias significativas. En Uno más en la Familia reflexionamos en torno a esta cuestión psicológica.
Qué es el temperamento del bebé
El temperamento es diferente al carácter. El primer término tiene un componente biológico. Por esta razón, este es uno de los rasgos que pronto empieza a manifestar el niño. La observación atenta te permite descubrir la esencia única de tu hijo.
Qué es el carácter del bebé
El carácter está vinculado con el temperamento, pero este término integra además la base de la experiencia. Es decir, las vivencias y anécdotas de la biografía personal influyen en la realidad individual. La infancia es una etapa que podría describirse con verbos muy significativos. Uno de los más relevantes es el aprendizaje. Pues bien, esta capacidad de aprendizaje es clave en la formación del carácter. Eso significa que una persona que nace con un temperamento concreto no está determinada por esa base previa.
Es posible observar algunos rasgos físicos en el niño que recuerdan a facciones concretas de su padre o de su madre. Por ejemplo, tal vez tenga el mismo color de ojos que ella. Los rasgos físicos son innatos, al igual que el temperamento. Sin embargo, el niño escribe una historia vital en la que ocupa un lugar relevante la interacción con el entorno y la educación recibida.
El ser humano es único e irrepetible no solo por su temperamento o por su carácter, sino también por la personalidad, como veremos a continuación.
Qué es la personalidad del bebé
Los términos que hemos analizado influyen de forma directa en la definición de aquellas cualidades y rasgos que identifican a la persona de forma principal. Aquellos rasgos característicos que la diferencian de las demás. Desde el punto de vista filosófico, el niño es un ser social, pero también es individual. Pues bien, la formación de la personalidad está en relación con el descubrimiento de la dimensión propia y del autoconcepto.
El niño tiene un vínculo muy especial con su familia, pero tiene su propia realidad. Por ello, muestra sus gustos y sus preferencias conforme adquiere un mayor nivel de autonomía. La formación de la personalidad está directamente vinculada con el «yo individual» como un ser con comportamientos propios.
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