Depresión postdestete en madres: definición, síntomas y consejos

Aunque los cuidados y la experiencia de la maternidad están directamente vinculados con el presente que fluye al ritmo del proceso de crecimiento del hijo, existen puntos de inflexión que pueden alimentar la nostalgia respecto a una etapa previa. La depresión postdestete, que se contextualiza tras el final de la lactancia, pone el acento en la tristeza profunda y el malestar emocional que puede experimentar la paciente.

Conviene establecer una diferenciación entre el leve sentimiento de tristeza temporal y pasajera que muchas madres experimentan en ese momento y un diagnóstico más complejo como la depresión. A este respecto, conviene indicar que las condiciones y circunstancias en las que se enmarca el proceso también pueden influir en la forma de afrontar la nueva etapa y cerrar el capítulo previo. En ocasiones, el final de la lactancia no ha sido el resultado de una decisión meditada de forma consciente, sino un desenlace que se aleja del deseo de la propia madre que ha llegado a una situación que ha sido propiciada por varias experiencias negativas.

Diferencias entre la depresión y la tristeza postdestete

También conviene tener en cuenta que existen variables que influyen en el nivel de resiliencia ante el cambio o en el grado de bienestar personal. El cansacio y el agotamiento de una rutina exigente, por ejemplo, incrementan la vulnerabilidad. A veces, el impacto que produce el final de la lactancia también puede estar relacionado con las creencias personales en torno al significado de lo que eso implica. Por ejemplo, quizá la madre sienta que el vínculo con su hijo cambia de forma significativa al dejás atrás la conexión emocional de los instantes que giran en torno a esta forma de alimentación.

Generalmente, la tristeza postdestete desaparece de forma gradual y pasajera. Por otra parte, el sentimiento no impide que la persona pueda seguir ocupándose de sus responsabilidades, disfrutar de momentos agradables o afrontar la rutina cotidiana. La depresión postdestete, por el contrario, sí puede interferir de forma significativa en la calidad de vida de la madre que siente agotamiento, desmotivación, desánimo, preocupación o dificultades para conciliar el descanso. Es decir, es un diagnóstico que tiene aspectos similares con otros procesos de depresión. Por ello, si una persona ya ha recibido un diagnóstico previo en alguna etapa de la vida, puede ser más vulnerable ante el riesgo de padecer el malestar que mencionamos en el artículo. Por ello, el especialista también tiene en cuenta la historia clínica de la paciente.

La ayuda psicológica es clave para fomentar el cuidado de la salud mental y emocional en la maternidad

Es muy importante pedir ayuda psicológica ante un posible caso de depresión postdestete. Sin embargo, solo el profesional puede poner nombre al diagnóstico o establecer un tratamiento indicado. Para reforzar tu autocuidado, es aconsejable que escuches y atiendas cualquier síntoma de malestar a nivel anímico, aunque sus causas o signos de alarma tengan una naturaleza diferente.

Además, es posible afrontar la depresión postdestete desde la prevención. Por ejemplo, es importante que la madre cuente con el apoyo, el acompañamiento y la orientación necesaria para disfrutar de una lactancia feliz.

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