Defectos de nacimiento
Cuando uno está esperando un hijo es muy normal que empiecen a surgir los miedos y las fantasías de tener un hijo con problemas de salud. O puede ser que en algún análisis prenatal te hayan dado la noticia de que tu hijo nacerá con algún defecto. Gracias a los adelantos médicos, muchos de los defectos pueden ser tratados aun estando tu hijo en el vientre y muchos otros se solucionaran cuando nazcan.
Es muy importante que estés al tanto de los factores de riesgo y como prevenir los defectos de nacimiento.
Los defectos congénitos son las anormalidades de la función, estructura o del metabolismo del pequeño que está por nacer. Son anomalías que reflejaran problemas en el desarrollo, o problemas físicos que pueden requerir, según sea el caso, de tratamiento quirúrgico. Estadísticamente existen más de 4.000 diferentes de defectos de recién nacidos, que van desde los más leves hasta los más graves. Y aunque la mayoría puede ser tratada, algunos terminan, lamentablemente, con la muerte del niño antes del primer año de vida.
Los defectos de nacimiento pueden tener sus causas en la genética, en factores ambientales o pueden ser de origen desconocido. La mayoría de los casos suele ser una combinación de factores del ambiente que se unen a factores genéticos preexistentes.
Entre los problemas estructurales más comunes se puede mencionar la espina bífida, el paladar hendido y la luxación en sus caderas. Entre los metabólicos están la rubéola, citomegalovirus, sífilis, toxoplasmosis, parvovirus y en muy pocos casos la varicela.
La mayoría de los padres que tienen hijos con defectos son totalmente sanos y no tienen ningún factor de riesgo visible. De hecho, el 60 por ciento de los defectos congénitos no tienen una causa específica. En otros casos un gen ausente o defectuoso puede provocar un defecto congénito.
Vía | Para Tí Mamá
Foto | Flickr – Foto Cheska