Custodia compartida: ¿Cuándo se establece una pensión de alimentos?

El universo familiar ha evolucionado en aspectos significativos incluso después del divorcio. Así lo muestra el crecimiento en el número de custodias compartidas. Una fórmula que aporta una ventaja añadida a padres y niños. Y es que, promueve la implicación, la colaboración y la participación de ambos progenitores en la rutina del hijo.

En este contexto, no solo existe una distribución equitativa del tiempo compartido en común, sino que el criterio de la igualdad también se aplica al plano económico. De este modo, ambos progenitores hacen frente a los gastos que se alinean con el bienestar y calidad de vida del menor.

Es importante que la calidad de vida del menor no se vea afectada negativamente tras el divorcio

A este respecto, conviene señalar que el divorcio puede representar un punto de inflexión para los implicados más allá del plano emocional. Es decir, la perspectiva económica, que se relaciona con el cuidado y el bienestar, también es importante. Por esta razón, algunas de las decisiones que se toman en un divorcio tienen como objetivo que la calidad de vida del niño siga siendo similar a aquella que tenía antes de ese punto de inflexión.

Por esta razón, aunque desde un punto de vista general es cierto que la custodia compartida ofrece un contexto diferente para el establecimiento de una pensión de alimentos, sí hay casos en los que se concreta esta medida. Por ejemplo, cuando existe una diferencia de ingresos significativa entre ambos progenitores. Y, en ese caso, tampoco se encuentran en igualdad de condiciones para hacer frente a los gastos mensuales vinculados con el menor. Por esta razón, más allá del tipo de custodia, existen otros factores que se tienen en cuenta para el establecimiento de una pensión de alimentos.

La pensión de alimentos puede compensar la desigualdad existente entre las partes

Puede ocurrir que la situación de los progenitores muestre una importante desigualdad para hacer frente a la nueva realidad. Esa desigualdad puede afectar a largo plazo a aquel que es más vulnerable. Una vulnerabilidad que también implica al hijo. En ese tipo de casos, para prevenir esta circunstancia, es posible que se acuerde una pensión de alimentos. Con el incremento de las custodias compartidas, que suponen un reparto equitativo en el tiempo y la gestión de los gastos, existe confusión respecto al tema que analizamos. Sin embargo, como hemos comentado, hay que analizar cada situación de manera individual para que la calidad de vida del niño siga siendo similar a la que tenía antes de la separación de sus padres.

Por este motivo, para gestionar un proceso de divorcio y llegar a acuerdos para afrontar la nueva etapa, es aconsejable tener una orientación legal personalizada para evaluar, entre otros aspectos, si es posible acordar una pensión de alimentos. Hay que señalar que existe un aspecto que adquiere una gran relevancia en el proceso: el principio de proporcionalidad.

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